En los últimos meses, una nueva modalidad de estafa ha comenzado a ganar terreno entre los delincuentes: el uso de códigos QR falsos para robar los datos de los conductores. Este tipo de fraude, una variante del ‘phishing’, aprovecha la confianza y la cotidianidad con la que las personas utilizan estos en zonas de acceso vehicular, como parquímetros o puntos de recarga eléctrica.
El modus operandi de los estafadores es tan ingenioso como peligroso. Primero, copian los códigos QR originales de los servicios mencionados, los imprimen en pegatinas y luego los colocan sobre los códigos genuinos. De esta manera, el usuario, sin sospechar nada, escanea el código creyendo que está accediendo a la página oficial para realizar su pago.
¿Cómo funciona la estafa del QR?

El fraude se concreta cuando el código QR redirige al conductor a una página web fraudulenta que imita a la perfección la original. Una vez allí, el usuario introduce sus datos personales y bancarios, que terminan en manos de los estafadores. Estos datos luego son utilizados para realizar transacciones ilegítimas o vaciar las cuentas bancarias de las víctimas.
Esta práctica se encuentra en auge en Europa, donde se han reportado numerosos casos. Por ejemplo, en Suiza, la policía del cantón de Lucerna ha alertado sobre un incremento de estas estafas y ha difundido imágenes de los códigos fraudulentos, que, a simple vista, son indistinguibles de los auténticos. Los puntos de recarga para vehículos eléctricos y las estaciones de servicio también se han convertido en lugares habituales para esta actividad delictiva.
Una modalidad que no para de crecer en el mundo
Incluso, en América Latina se ha detectado una variante particularmente creativa: pegatinas en los parabrisas que notifican al conductor sobre una supuesta multa de tráfico. El código QR en la pegatina redirige a una página fraudulenta donde se solicita el pago inmediato de la «sanción». En el caso de España, es importante recordar que nunca se notifican multas de tráfico mediante este sistema.
La clave para protegerse de estas estafas radica en la precaución. Antes de escanear, es aconsejable verificar que no se trate de una pegatina superpuesta. Además, utilizar aplicaciones de pago seguras y oficiales puede reducir significativamente el riesgo. Con la creciente sofisticación de los delincuentes, mantenerse informado y alerta es más crucial que nunca.