La posibilidad de unir Europa con África a través de un túnel submarino ha sido un sueño largamente acariciado por ingenieros, economistas y políticos. Hoy, ese sueño comienza a tomar forma de nuevo gracias al renovado interés de España y Marruecos por conectar ambos continentes a través del Estrecho de Gibraltar. Esta conexión fija, que se inspira en infraestructuras ya en marcha como el túnel Rogfast en Noruega, podría marcar un antes y un después en la historia de la movilidad global.
El objetivo es ambicioso: construir un túnel ferroviario que una Tarifa, en el sur de España, con la ciudad marroquí de Tánger. Si se hace realidad, esta obra de ingeniería no solo transformará la forma en la que personas y mercancías cruzan el Mediterráneo, sino que también será un símbolo tangible de cooperación entre dos continentes históricamente conectados por el comercio, la cultura y ahora, posiblemente, por el acero y el hormigón.
2El proyecto hispano-marroquí: una conexión estratégica

Inspirados en el modelo noruego, España y Marruecos han reactivado el proyecto de crear un túnel ferroviario que atraviese el Estrecho de Gibraltar. Aunque esta idea no es nueva —se propuso por primera vez en 1872—, en los últimos años ha cobrado fuerza debido al aumento del comercio bilateral y a la necesidad de diversificar las rutas de conexión entre Europa y África. Las autoridades de ambos países han encargado estudios de viabilidad técnica y geológica para evaluar la factibilidad del proyecto.
El plan actual contempla la construcción de tres túneles: dos para el tráfico ferroviario y uno para servicios y emergencias. El tramo submarino más largo alcanzaría los 27,7 kilómetros, lo que lo convertiría en uno de los túneles bajo el mar más extensos del planeta. Se prevé que pueda ser utilizado por trenes de alta velocidad, permitiendo viajes de menos de 30 minutos entre ambos continentes. Además, se conectaría con las redes ferroviarias de cada país, facilitando la movilidad desde cualquier punto de España o Marruecos.