Vitoria es una ciudad llena de historia y encanto, con su trazado medieval y calles empedradas que invitan a perderse en su belleza. Sin embargo, a veces, perderse puede adquirir un significado literal, como le sucedió recientemente a la conductora de un Toyota Yaris Cross, quien, guiada por su GPS, terminó en un lugar insólito: atrapada en las escaleras de San Bartolomé, en pleno corazón de la ciudad.
Aunque este tipo de incidentes puede parecer insólito, no es la primera vez que ocurre en este lugar. De hecho, ya han sido escenario de situaciones similares en años anteriores. En 2017, dos vehículos quedaron igualmente atrapados en estas escaleras, y en enero de 2021, dos coches más encallaron en la Cuesta de San Francisco, otra zona peatonal donde el GPS llevó a los conductores a un lugar destinado solo para viandantes.
¿Cómo fue este incidente ocurrido en Vitoria?
El incidente ocurrió el lunes pasado, alrededor de las 17:30 horas, cuando la conductora, confiada en la tecnología de su navegador GPS, siguió las indicaciones que la llevaron a un punto donde cualquier conductor experimentado se detendría: el inicio de las escaleras de San Bartolomé. Estas escaleras, que conectan la calle Fray Zacarías con la plaza del Machete, junto a Villa Suso, no son precisamente una vía transitable para vehículos, pero el GPS no parecía estar al tanto de eso.
Al intentar descender por este empinado tramo, el Yaris Cross quedó irremediablemente atrapado. Incapaz de avanzar o retroceder, la conductora se vio obligada a pedir ayuda, lo que atrajo la atención de un grupo de curiosos que se arremolinaron para observar el inusual escenario. La policía terminó ayudándola para que pueda sacar su vehículo de este sitio.
Tecnología y Conocimiento Local: Una Doble Seguridad

El caso del Toyota Yaris Cross pone de manifiesto un problema cada vez más común: la dependencia ciega de la tecnología, a menudo en detrimento del sentido común y el conocimiento local. Aunque los sistemas de navegación han mejorado enormemente la comodidad y la seguridad de la conducción, no están exentos de errores. Las zonas peatonales, las vías de un solo sentido y, como en este caso, las escaleras, no siempre están bien representadas o consideradas en las rutas sugeridas por los GPS.
Los conductores, especialmente aquellos que no están familiarizados con el terreno, pueden beneficiarse de combinar la tecnología con un poco de precaución. Conocer el entorno, prestar atención a las señales de tráfico y utilizar la navegación por satélite como una guía en lugar de una orden imperativa puede evitar situaciones como la vivida en Vitoria.