El avance tecnológico que debería facilitar la vida urbana está haciendo efecto contrario: generó una serie de problemas inesperados para un grupo de vecinos. Los robotaxis, especialmente los de Waymo, propiedad de Alphabet (Google), se han convertido en una pesadilla para los residentes del barrio South of Market, y no por la razón que uno podría imaginar. Aunque los accidentes y percances con estos vehículos son preocupantes, el nuevo inconveniente que aqueja a los vecinos es aún más irritante: el constante claxon de los robotaxis que se estacionan en un aparcamiento cercano.
El aparcamiento en cuestión está ubicado en el barrio de South of Market, correspondiente a la ciudad de San Francisco, y sirve como el punto de descanso para los taxis autónomos de Waymo entre trayectos. Estos vehículos, que antes ofrecían servicio en áreas específicas, ahora se desplazan por toda la ciudad, y su nuevo diseño incluye un sistema de alarma que activa el claxón si detectan un posible choque a bajas velocidades. Esta medida, destinada a evitar accidentes, ha tenido un efecto colateral no deseado: el interminable sonido de las bocinas que perturba la paz de los vecinos.
El testimonio de los vecinos de San Francisco contra los robotaxis

Los residentes del área han comenzado a reportar un aumento en la frecuencia y la intensidad del ruido desde que los taxis autónomos comenzaron a utilizar el aparcamiento. «Comenzamos con un par de bocinazos aquí y allá, y luego, a medida que empezaron a llegar más y más coches, la situación empeoró», relata uno de los vecinos a NBC Bay Area. Según los informes, los bocinazos se producen a todas horas, pero son particularmente molestos a las 4:00 de la mañana y durante las horas punta de la tarde, cuando el aparcamiento se llena de vehículos.
Los vídeos compartidos por los residentes muestran una sinfonía interminable de bocinas que resulta casi insoportable. «Cada madrugada a las 4:00 AM, experimentamos el futuro», comenta un vecino en uno de los clips publicados en redes sociales. La falta de un conductor humano en los vehículos autónomos ha generado una frustración adicional, ya que los residentes no tienen a quién dirigirse directamente para expresar sus quejas. «Lo único que quiero es una solución», señala otro afectado.
La respuesta de Waymo contra las quejas de los vecinos por los robotaxis

Waymo ha sido informada de las quejas de los vecinos y, aunque han reconocido el problema, su respuesta ha sido vaga. «Somos conscientes de que en algunas situaciones nuestros vehículos pueden hacer sonar brevemente la bocina mientras circulan por nuestros estacionamientos. Hemos identificado la causa y estamos en proceso de implementar una solución«, afirma la empresa. Sin embargo, la frustración persiste entre los residentes, quienes se sienten ignorados por una empresa que parece no comprender la magnitud del impacto que sus vehículos están teniendo en la vida cotidiana.
Además de los problemas relacionados con el ruido, la empresa enfrenta un creciente escrutinio debido a accidentes recientes y una investigación en curso por parte de la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras). Los incidentes incluyen desde choques con vehículos y atropellos de ciclistas hasta una situación en la que uno de los robotaxis circuló en dirección contraria. A medida que los vehículos autónomos continúan integrándose en la vida urbana, queda claro que las soluciones tecnológicas deben ir acompañadas de una gestión eficaz para mitigar los efectos secundarios que afectan a las comunidades locales.