Hace unos cuantos años, el cuadro de instrumentos de los coches eran tan básico y sencillo que tenía unos pocos testigos luminosos. Pero hoy en día es bien diferente, porque el tablero (que puede ser analógico, digital o una combinación de ambas) muestra mucha más información de la que crees.
Hay testigos de muchos tipos y colores. Algunos son meramente informativos y no suponen una amenaza grave, pero hay muchos otros que no querrás que se enciendan en marcha. Y si eso ocurre, tendrás que detener el motor de inmediato si no quieres provocar una avería todavía más importante.
Te contamos cuáles son los siete testigos que van a ponerte a temblar si se iluminan. Toma nota.
Nunca ignores estos siete testigos

Aunque en un coche se pueden encender muchos testigos, y los verás en la comprobación rápida que hace tu coche cuando arrancas, hay algunos más peligrosos que otros.
Presión del aceite (rojo con forma de aceitera)
Es uno de los más temidos. Indica que la presión del aceite ha caído por debajo de los niveles mínimos. Y si no le haces caso y sigues circulando, el aceite va a dejar de lubricar y puede provocar una rotura del motor. Para el coche inmediatamente y llama a la grúa.
Nivel de aceite (amarillo con aceitera)
Es menos urgente, pero tampoco deberías ignorarlo. Puede significar que el nivel de aceite es bajo o que está en mal estado. Si se mantiene mucho tiempo encendido, lo lógico es comprobar el nivel de aceite y rellenarlo (si sabes cómo), pero quizá te compensa más cambiarlo por completo, porque mezclar aceite viejo y nuevo no es la mejor idea.
Sistema de frenos (círculo rojo con exclamación o ‘BRAKE’)
Si aparece este testigo y no es porque tengas activado el freno de mano, para el coche lo antes posible. Puede indicar un nivel bajo de líquido de frenos e incluso una fuga. También un fallo en el sistema de frenado de emergencia y puede provocar un accidente muy grave.
Temperatura del líquido refrigerante (termómetro rojo)
El sobrecalentamiento es uno de los problemas más habituales y peligrosos al mismo tiempo. Este testigo puede avisar tanto de un exceso de temperatura como de falta de líquido. En ambos casos, lo peor que puedes hacer es seguir circulando. Debes apagar el motor, dejarlo enfriar y no abrir el depósito hasta estar seguro de que no hay presión.
Batería (símbolo rojo con el polo + y -)
Si se enciende, puede que el alternador haya dejado de cargar. Mientras el motor esté en marcha, puedes seguir (con un poco de suerte) hasta el taller más cercano. Pero no lo apagues y desactiva el Start&Stop, porque es muy probable que no vuelva a arrancar. Desconecta todo lo que consuma electricidad (luces, aire, radio) y llévalo al taller cuanto antes.
Presión de los neumáticos (amarillo con forma de herradura)
Cada vez más coches incluyen este testigo, que detecta diferencias de presión entre las ruedas. Se puede encender por un pinchazo o un neumático algo más desinflado, así que lo recomendable es que revises la presión lo antes posible. Si no lo haces, corres el riesgo de sufrir un reventón y acelera el desgaste irregular.
Avería motor/emisiones (check engine amarillo)
Es el más ambiguo. Lo menos grave es que se mantenga fijo, porque puede ser por una sonda lambda suelta o una lectura errónea del caudalímetro. Si parpadea, detén el coche cuanto antes. Indica fallos serios en la combustión o riesgo de sobrecalentamiento del catalizador. En algunos casos, el coche entrará en ‘modo emergencia’ para protegerse e incluso puede limitar las prestaciones para proteger el motor.
¿Puedo circular con un testigo encendido?

Es una pregunta que se hacen muchos conductores. Y si el coche funciona como siempre, ¿puedo conducir unos kilómetros más? La pregunta tiene más sentido aún si esto te ocurre en verano, lejos de casa y de tu taller de confianza. La respuesta es corta: solo si sabes lo que estás haciendo y el testigo no es de color rojo.
Todo depende del estado de tu coche y de qué testigo se haya encendido. Los menos graves sí te permiten seguir circulando algunos kilómetros para volver a casa, pero hay otras que no proporcionan ningún margen. Si el testigo es rojo, para el coche de inmediato. Si es amarillo, puedes circular con precaución, pero no te confíes, extrema la precaución y vigila más de lo habitual el comportamiento del coche.