Cuando se habla de futuro en movilidad, la conversación gira casi exclusivamente en torno a coches eléctricos, híbridos o tecnologías alternativas como el GNC (gas natural comprimido). Pero hay una opción que, sin tanta publicidad ni subvenciones, podría tener un impacto inmediato, real y sostenible: el coche de ocasión reacondicionado.
En un país como España, donde la edad media del parque automovilístico supera los 13 años y más del 64% de los vehículos no tiene etiqueta ambiental, pensar en soluciones que no pasen exclusivamente por comprar coches nuevos es una necesidad urgente. Y es ahí donde este tipo de vehículo cobra protagonismo: no por ser lo último en tecnología, sino por ser lo más coherente en términos de sostenibilidad y eficiencia.
1La economía circular entra en juego

El concepto de economía circular no es nuevo, pero su aplicación en la automoción está empezando a ganar terreno. Se trata de alargar la vida útil de productos ya existentes, evitando el impacto ambiental de producir nuevos. En el caso de los coches, reacondicionar modelos usados y ponerlos de nuevo en circulación puede reducir su huella de carbono hasta en un 30%, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Esta filosofía choca frontalmente con el modelo tradicional de «usar y tirar» que aún domina gran parte del mercado. Fabricar un coche nuevo requiere recursos naturales, energía y emisiones contaminantes. En cambio, reacondicionar un coche existente, sometiéndolo a controles técnicos y procesos de actualización, permite aprovechar su valor funcional sin generar los residuos y emisiones asociados a una producción desde cero.