Tras la Primera Guerra Mundial, a todas las compañías alemanas se les prohibió producir motores de avión. En ese momento, el joven ingeniero Martin Stolle, ingeniero dentro del departamento de desarrollo de BMW, tuvo una gran idea. Inspirado en el motor que impulsaba su moto Douglas, diseñó un motor bicilíndrico, refrigerado por aire, de 500cc, con cámaras de combustión colocadas horizontalmente. Este tipo de disposición ya se conocía como motor bóxer, en el que los pistones siempre funcionaban «uno contra uno» similar al movimiento de los boxeadores en una pelea.
El nuevo motor bóxer se comenzó a producir en 1920. En su diseño inicial, se propuso generar 6,5 CV a 4.500 rpm. En un primer momento se suministró a varios fabricantes de motocicletas bajo el nombre «Bayern-Kleinmotor», pero poco a poco llegó a marcas como Helios, Bison, SMW, Corona y Hoco. Las más exitosas fueron las motocicletas fabricadas por Nürnberger Victoria-Werke, con el modelo KR 1. En este modelo se instalaron más de 1.000 ejemplares del primer motor bóxer de BMW.
La primera motocicleta de BMW
Dos años después, Martin Stolle cambió de compañía y fichó por Victoria-Werke, donde desarrolló otras motos de gran éxito. Por ello, Max Friz, ingeniero jefe de BMW, comenzó a explorar nuevos horizontes. En 1922 creó una nueva motocicleta con un motor bóxer, combinado con una robusta transmisión cardán, en lugar de una cadena o correa. Además, la caja de cambios iba sujetada directamente en el motor.
La primera motocicleta de BMW, conocida internamente como R 32, fue presentada en 1923 como «La Motocicleta Touring de Bayerische Motoren Werke». Un año más tarde llegó la R 37, que se comercializó como «Sportmodell». El sistema de nombres de modelos conocido hoy, no se introdujo hasta la R 42, en 1926.
Esta gran idea, que cumple 100 años, todavía sigue vigente en nuestros días, en las motocicletas de la Serie R de BMW.