La historia del Citroën GS se remonta a la década de 1960, cuando la firma gala lanzó dos vías de estudio para entrar con fuerza en un segmento en el que no estaba presente: las berlinas de tamaño medio. Una de ellas, el proyecto F nunca vio la luz, pero el proyecto G acabaría desencadenando en el Citroën GS.
Modelo diseñado por Robert Opron, padre de otros míticos como el SM o el CX, fue presentado en el Salón de París de 1970, ayudando a reforzar la imagen de la marca con un diseño y un interior con soluciones técnicas avanzadas en busca del máximo confort. Aterrizaba con innovaciones como cuatro frenos de disco, chasis de aleación ligera o suspensión hidroneumática. Su corazón, un motor de cuatro cilindros con refrigeración por aire que desarrollaba 60 CV de potencia, con lo que llegaba alcanzar los 150 km/h.
En lo que respecta a su interior, tomaba protagonismo el salpicadero futurista, creado por Michel Harmand. Presentaba elementos innovadores como su velocímetro, que imitaba la forma de una lupa, o su freno de mano integrado.
2,5 millones de unidades construidas
Con todo ello, no tardo en convertirse en una referencia en prestaciones, confort y diseño. Escogido Coche del Año en Europa en 1971, fue el vehículo más vendido en Francia entre 1975 y 1978, con una producción anual que alcanzó más de 200.000 unidades. En total, se llegaron a construir 2,5 millones de GS, de ellos 478.000 break, en la planta de Rennes la Janais (Francia). En España, se fabricaron 153.983 unidades en la planta de Vigo.
Tras la llegada de la versión break en 1972 y una pequeña actualización en 1976, el GS evolucionó en los años 80, convirtiéndose en el Citroën GSA. Ahora, esté mítico modelo francés está celebrando sus 50 años de historia.