La automovilística española Ebro se está preparando para dar un salto significativo al mercado de capitales con su incorporación al BME Growth a través de EV Motors, su razón social. Este movimiento marca un hito en la historia de la compañía, que ha fijado el precio de sus acciones en 6,88 euros por acción, lo que otorga a la empresa una valoración aproximada de 329 millones de euros.
Ebro ha elegido a DCM Asesores como su asesor registrado para llevar a cabo este proceso. Además, Renta 4 Banco actuará como proveedor de liquidez para la operación. Este tipo de alianzas son clave en el mundo del capital, ya que garantizan una transición fluida y eficiente al mercado de valores.

La compañía proyecta un crecimiento notable en sus ventas totales, que se estima pasará de 36 millones de euros al final de 2024, gracias al inicio de la producción de vehículos, a más de 1.918 millones de euros para 2029. Este crecimiento no solo es ambicioso, sino que está respaldado por un análisis de mercado que refleja un fuerte potencial en la demanda de vehículos.
Una estrategia de crecimiento sólida
A corto plazo, se anticipa que el EBITDA resulte negativo en el año 2024, superando los costes con las ventas iniciales. Sin embargo, a partir de 2025, gracias a las economías de escala y una correcta estrategia de penetración en el mercado, se prevé que la compañía registre un saldo positivo que podría alcanzar los 250 millones de euros a finales de esta década. Este cambio de tendencia financiera es crucial para la sostenibilidad de la empresa y su atractivo ante los inversores.
La base del crecimiento de Ebro radica en la producción y venta de vehículos. En 2024, se espera producir y vender aproximadamente 1.400 vehículos, con una proyección que superará las 30.000 unidades vendidas en 2025. Los planes son aún más ambiciosos para los años siguientes, donde Ebro busca superar las 130.000 unidades vendidas para 2029.

Un aspecto fundamental de la estrategia de Ebro es su reciente acuerdo con el fabricante Chery para crear una joint venture en la Zona Franca de Barcelona. Se espera que las operaciones comiencen en noviembre, lo que permitirá a la empresa fabricar vehículos en España y aprovechar la infraestructura local.
Los modelos de Ebro se fabricarán en Barcelona
Fruto de este acuerdo, la empresa comenzará a fabricar en Barcelona los modelos S700 y S800, cada uno en dos versiones: una de gasolina y otra híbrida enchufable. Además, en la primera parte de 2024, se iniciará la producción del modelo S400, y para finales de 2025 se prevé tener lista una versión más compacta de este modelo. Estas decisiones ilustran la intención de Ebro de posicionarse firmemente en el mercado de vehículos sostenibles y de alta demanda.
La planta en Barcelona dispondrá inicialmente de una línea de ensamblaje para fabricar vehículos preensamblados importados desde China. A largo plazo, el grupo buscará establecer una línea de producción completa, lo que permitirá no solo una reindustrialización efectiva de la zona, sino también la creación de empleo y desarrollo económico en la región.

Ebro tiene planes ambiciosos para su estrategia comercial. El objetivo es establecer hasta 30 puntos de venta en toda España para finales de este año y expandir este número a 75 para finales de 2025. Esta estrategia de distribución permitirá a la empresa tener una presencia significativa en el mercado y facilitar el acceso a sus vehículos por parte de los consumidores.
En cuanto a los detalles de la salida a Bolsa, la marca no cuenta con una política de dividendos específica, como se señala en el folleto presentado a Bolsas y Mercados Españoles (BME). Hasta el momento, la única sociedad que ha realizado repartos de dividendos en los últimos años ha sido Barcelona Technical Center (BTECH). Para 2024, se anticipa un reparto de dividendos superior al millón de euros, pero la falta de una política sólida sobre dividendos podría influir en la percepción de los inversores a futuro.