DS ha apostado por el refinamiento como forma de distinguirse y hacerse un hueco en el segmento premium. En esta estrategia, el DS 3, que ha sido su gran caballo de batalla -el que le ha permitido hacerse una imagen hasta la llegada del DS 7 Crossback-, recibe la versión limitada Black Lezard.
Un acabado especial, realizado por el equipo de Diseño de Colores y Materiales de DS Automobiles y la empresa Dourdin, que han creado unos adhesivos de alta gama que reflejan la elegancia y la suavidad de la piel de lagarto, tan apreciada en marroquinería. Así, la textura característica del lagarto se aprecia en la parte superior de las puertas y del habitáculo, el alerón trasero o, incluso, en el techo.
Dos alternativas mecánicas
Disponible en tres tonalidades -Gris Platino, Whisper o Azul Encre-, añade otros detalles exclusivos como las llantas de aluminio de 17 pulgadas negras diamantadas Aphrodite o las carcasas de retrovisor negras con el pie cromado. Y los proyectores delanteros son DS Led Vision.
Se ofrecen dos alternativas mecánicas: el gasolina 1.2 PureTech 110 con cambio manual de 5 velocidades o el automático de convertidor de par EAT6, o el diésel 1.6 BlueHDi de 100 caballos, solo con cambio manual de 5 marchas. Durante la presentación hemos podido probar la versión más refinada; la que combina el motor PureTech con el cambio automático.
Una mecánica superagradable que es pura suavidad en su funcionamiento -el cambio automático está a la altura del motor-, y que suma virtudes a un modelo pensado para una conducción relajada, muy del estilo de lo que se espera de un utilitario exquisito.
