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domingo, 27 julio 2025

La diferencia principal si se enciende una luz de avería amarilla o roja en el cuadro de tu coche

Los coches modernos tienen tanta tecnología que hoy es muy fácil reconocer una avería, incluso tener una ligera idea de dónde está el problema antes de ir al taller. Normalmente, los avisos aparecen en forma de testigo en el cuadro de instrumentos, y después se puede manifestar en forma de ruidos extraños o una pérdida de potencia.

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Sin embargo, lo que no todo el mundo sabe es que el color de esos testigos ya nos da bastantes pistas sobre el tipo de avería y también cómo debemos reaccionar a ella. Y aunque cada fabricante tiene su propio lenguaje visual y simbología, el color suele ser bastante común.

Por simplificar mucho la historia: si es verde o azul, todo está en orden; el amarillo es sinónimo de alerta y el rojo, de una emergencia. Aunque también depende mucho si el testigo va acompañado de otra información, si es una luz fija o si parpadea. Por eso, a continuación te contamos la principal diferencia entre una avería que se manifiesta de color amarillo o rojo, ¿cómo debes actuar?

El testigo de color rojo es sinónimo de avería

testigo avería coche
Fuente: Freepik

Los testigos de color rojo son los más peligrosos y los que te van a hacer estar alerta. Significa que la avería es (o puede llegar a ser) grave, pues la electrónica del coche ha detectado un fallo que puede afectar al motor, a los frenos, la dirección o cualquier otro componente importante para el buen funcionamiento del vehículo. Puede significar, por ejemplo:

  • Presión de aceite insuficiente.
  • Temperatura excesiva del líquido refrigerante.
  • Nivel de batería crítico.
  • Freno de estacionamiento con un defecto.
  • Fallo general en el sistema de frenos.

Si se enciende algún testigo de color rojo, para el coche cuanto antes, de forma segura, y llama a la grúa. Es peligroso que sigas circulando así, aunque te queden unos pocos kilómetros para llegar a casa o a un taller cercano.

Además, estarías forzando el coche, lo que puede multiplicar el daño mecánico. Por ejemplo, si el motor se ha quedado sin aceite se puede gripar en unos pocos segundos, y un fallo de frenos puede terminar en un accidente muy grave. Hay vehículos modernos que limitan las prestaciones y permiten seguir circulando durante unos kilómetros, pero es mejor no tentar a la suerte.

Si el testigo de amarillo, la avería no es tan urgente

testigos
Fuente: Freepik

A diferencia del color rojo, un testigo de color amarillo es sinónimo de un fallo en el vehículo, pero no requiere el mismo grado de emergencia que el anterior. Tu coche te está queriendo decir que puedes seguir conduciendo, pero que hay algo que no funciona como debería y que tienes que pasar por el taller más pronto que tarde.

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Este color normalmente avisa de fallos en sistemas auxiliares, como:

  • Gestión del motor.
  • Sensores de emisiones.
  • ESP.
  • Luces.
  • Niveles bajos de algún fluido.
  • Una tapa mal cerrada.

También se puede encender un testigo de este color si el coche entra en un modo de prestaciones limitadas tras detectar un fallo en el sistema de inyección o en la admisión. Aunque no sea necesario que pares el coche al momento, como ocurre con el color rojo, sí que deberías ir cuanto antes al taller.

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Por ejemplo, un testigo de motor en amarillo puede significar algo tan simple como un fallo del sensor lambda… o un principio de avería en el sistema de recirculación de gases (EGR) o en el catalizador. Y si sigues circulando sin resolverlo, las consecuencias pueden ser muy costosas.

También hay averías de color amarillo que pueden estar asociadas con el sistema anticontaminación. Y si hay fallos relacionados con los gases, es muy probable que no pase la ITV e incluso que aparezca un fallo permanente.

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