Vaya por delante que descubrir cuál fue el primero en algo siempre es una labor complicada. Y en esto del automóvil referirse a un vehículo como el primer eléctrico de la historia, el primer híbrido o el primer monovolumen es tarea de alto riesgo. Por ejemplo, cuando nació el primer Mercedes SLK en 1996 muchos se referían a él como el primer modelo de carrocería convertible dotada de un techo duro escamoteable, cuando el Peugeot 401 de 1934 ya permitía guardar su techo en el portaequipajes mediante un mando eléctrico, convirtiéndose, que sepamos, en el primer coupé-cabriolet de la historia. Y ocurre algo similar con el concepto monovolumen: Espace, Voyager… ¿cuál fue primero? Pues quizás ninguno, porque hacia 1935 en Detroit se fabricada un modelo, el Stout Scarab, que ya tenía todos los ingredientes exigibles a un monovolumen.
Pero nuestra selección es menos científica, y nos hemos centrado en vehículos contemporáneos, bien conocidos por el público y que, de una u otra manera, han trazado el camino de los segmentos de mercado actuales, algunos en trayectoria ascendente, como sucede con los SUV, y otros en franca retirada o transformándose, como los monovolumen. Estos son nuestros diez pioneros con mucha influencia en el sector.
Mini. 1959
Creado por el ya legendario Alec Issigonis para la British Motor Company, el Mini es un auténtico icono de la industria del automóvil que nació a raíz del racionamiento de combustible en el Reino Unido, causado por la Crisis del Canal de Suez. Las ventas de coches grandes estaban cayendo y los directivos de la empresa encargaron diseñar un vehículo que fuese ahorrador y muy pequeño: 3 metros de largo por 1,2 de ancho y 1,2 de alto. Issigonis, que tenía experiencia previa en otros fabricantes de coches pequeños, tardó poco en tener lista su propuesta, un automóvil que cumplía las medidas exigidas pero que tenía un interior amplio y un buen maletero gracias a la colocación transversal del motor frontal y a la tracción delantera. Acaba de inventar el utilitario moderno. Su producción cesó en 2001, aunque BMW lanzó ese mismo año el nuevo Mini, de tamaño netamente mayor y diseñado por Frank Stephenson.
Range Rover. 1970
Rover Company, el germen de la actual Land Rover, llevaba desde 1951 dándole vueltas a la idea de hacer un todoterreno más grande, pero el proyecto no acaba de fraguar y siete años después los trabajos se cancelaron. Pero en 1966 el fabricante británico puso a trabajar de nuevo a sus ingenieros Spen King y Gordon Bashford, que en 1967 ya tenían listo un prototipo. Y en 1970 tenía lugar la presentación oficial del primer Range Rover, un todoterreno de tres puertas (la carrocería de cinco puertas no llegaría hasta 1981) que para muchos es el primer SUV lujoso de la historia, por más que las primeras unidades tuviesen una terminación básica y puramente funcional, y elementos como la dirección asistida, el aire acondicionado, el interior enmoquetado, los acabados en madera o la tapicería de piel se fueran incorporando progresivamente.
Suzuki Jimny. 1970
En 1949, para motorizar a mayor ritmo el país, el gobierno japonés creó una nueva categoría de vehículos con unas estrictas limitaciones de tamaño, cilindrada del motor y potencia que, a cambio, disfrutaban de beneficios fiscales o en la contratación del seguro. Habían nacido los kei cars, y Suzuki fue siempre uno de los fabricantes más activos en ese exitoso segmento. En 1968 la marca nipona se hizo con el control de una de sus competidoras, Hope Motor Company, que poco antes había lanzado un kei car de tipo todoterreno, modelo que serviría de inspiración al primer Jimny, lanzado en 1970 y que, pasa por ser el primer todoterreno utilitario de la historia. Bautizado LJ10, aquel vehículo pionero equipaba un motor de dos cilindros y 359 centímetros cúbicos refrigerado por aire, aunque dos años después adoptó uno refrigerado por líquido y a partir de ahí fue creciendo el tamaño de la mecánica.
Volkswagen Golf GTI. 1975
Diseñado por el italiano Giorgetto Giugiaro, el primer Golf nació en 1974, y los responsables de Volkswagen no tenían previsto dotarle de una versión deportiva tras el fracaso de las variantes más prestacionales de su antecesor, el Beetle o Escarabajo. Pero varios trabajadores de la marca alemana, con el ingeniero Alfons Löwenberg coordinando la parte técnica, se pusieron manos a la obra con un coche que pronto llamaron GTI (Grand Tourer Injection) y que crearon a partir de un Scirocco, dotando al motor 1.6 de la inyección electrónica Bosch K-Jetronic usada en el Audi 80. Presentado a la directiva en 1975, el Golf GTI fue aprobado enseguida y en el Salón de Francfort de ese año ya fue exhibido, para nacer en 1976 como serie especial con unas previsiones de venta en torno a 5.000 unidades. Pero aquel Golf de 110 CV y 810 kilos de peso capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y alcanzar 182 km/h fue todo un éxito y la demanda superó con creces las expectativas. Hasta el punto de que las marcas rivales tomaron nota y se sumaron a ese nuevo segmento de pequeños deportivos económicos: los GTI.
Chrysler Voyager. 1984
Bajo sus diferentes marcas, el gigante industrial Chrysler presentó en 1984 un vehículo que, para muchos, es el primer monovolumen moderno de la historia. Y aunque en Europa lo conozcamos como Chrysler Voyager, al ser esa la denominación comercial habitual en nuestro continente desde 1988, lo cierto es que nació como Chrysler Town & Country, Dodge Caravan y Plymouth Voyager. Sus cinco generaciones han sumado más de 12 millones de unidades vendidas, incluyéndose ahí variantes lanzadas bajo el nombre de otras marcas, como el Lancia Voyager, reservado a varios países europeos, o el Volkswagen Routan, vendido por la firma germana en Norteamérica.
Renault Espace. 1984
Difícil saber cuál fue el primer monovolumen moderno, pues los diferentes modelos de Chrysler y el primer Renault Espace nacieron en 1984 con unos pocos meses de diferencia, pero buena parte de los expertos coinciden en que, como concepto, el mérito habría que atribuírselo al Espace, pues los trabajos de desarrollo empezaron mucho antes. Y es que fue diseñado por el británico Fergus Pollock a finales de la década de 1970 para convertirse en un modelo de la francesa Talbot, pero en 1978 Peugeot compró esa marca a Chrysler Europe y el proyecto de familiar monovolumen no prosperó. Sin embargo, la idea no cayó en saco roto, y la también francesa Matra, que había colaborado en el diseño inicial, apostó por ese vehículo y siguió desarrollándolo, hasta que en 1984 empezó a producir el Espace para Renault. Con su carrocería de fibra de vidrio sobre un chasis de acero, los inicios fueron duros pero pronto las ventas se dispararon y las marcas rivales se dieron cuenta de que había mercado.
Toyota RAV4. 1994
No hay unanimidad a la hora de señalar al primer SUV de la historia, pues algunos se van hasta 1935 para ver en el Chevrolet Suburban al precursor del segmento, mientras que otros apuestan por el Jeep Wagoneer de 1962, ya con líneas más actuales. Y si viajamos a tiempos recientes no son pocos los que ven al Suzuki Vitara como un pionero. Pero el RAV4 concita también apoyos en esa particular elección, siendo para muchos el verdadero iniciador del segmento crossover compacto con su estreno en 1994, entonces solo con carrocería de tres puertas. Su desarrollo había comenzado en 1989 a partir de una plataforma específica, aunque la firma japonesa recurría a diversos elementos del Carina y el Corolla. Además, Toyota decidió complementar la gama con una variante larga, de cinco puertas, cuyo desarrollo comenzó en 1993 y que llegó al mercado en 1995.
Mercedes SLK. 1996
Con un nombre formado por las siglas SLK (del alemán Sportlich Leicht Kurz, o deportivo ligero y corto), el modelo que Mercedes-Benz presentó en el Salón de Turín de 1996 con el actor italiano Bud Spencer como maestro de ceremonias pasó a la historia como el primer convertible moderno con techo duro escamoteable eléctrico. Conocido internamente como R170 y planteado desde 1991 por el diseñador Bruno Sacco, parece ser que el aspecto final corresponde a Michael Mauer y Murat Günak. Su techo empleaba 25 segundos en colocarse o guardarse tras el habitáculo de dos plazas, y las ventas hasta 2004 rebasaron las 311.000 unidades.
Toyota Prius. 1997
Es el modelo que popularizó la tecnología híbrida, consistente en acoplar un motor de combustión a un motor eléctrico y una batería de alta capacidad para que el vehículo pueda circular usando uno solo de los dos motores o los dos, y para que la batería aporte una parte de la energía necesaria en los desplazamientos o toda, siendo capaz de autorrecargarse durante la marcha al convertir en electricidad la energía cinética generada por deceleraciones o frenadas. La primera generación del Prius, lanzada en Japón a finales de 1997 y derivada de un prototipo presentado sólo dos años antes en el Salón de Tokio, fue el primer vehículo híbrido de producción en serie y nació con una carrocería sedán de cuatro puertas diseñada en California, mientras que las tres siguientes generaciones apostaron por carrocerías de cinco puertas.
Opel Zafira. 1999
Aunque el Zafira nació 15 años después de que aparecieran los primeros vehículos monovolumen modernos, en realidad fue un pionero en su clase al ser el primer monovolumen compacto de siete plazas. De hecho, su llegada provocó que Opel retirará de la oferta el Sintra, que apenas estuvo a la venta unos meses, pues el Zafira era más compacto y se adaptaba mejor a las necesidades y el presupuesto del europeo medio. Su principal secreto estaba en el sistema Flex7, desarrollado en colaboración con Porsche Engineering, y que permitía plegar los asientos de la tercera fila bajo el maletero, de modo que el usuario podía elegir entre un interior de cinco plazas o uno de siete sin tener que montar o desmontar butacas. El sistema fue mejorado en la segunda generación, lanzada en 2005, pues la segunda fila ya disponía de un respaldo dividido en tres secciones abatibles, lo que incrementaba mucho la versatilidad.
