La Dirección General de Tráfico (DGT) suele compartir en sus redes sociales consejos y vídeos de conductores que cometen infracciones para concienciar al resto. Pero lo que no se esperaban es que su última publicación fuera a generar tantas críticas.
En el vídeo en cuestión, aparece un padre al volante mientras canta y aplaude junto a su hijo, sentado en el asiento del copiloto. Los dos con la vista en la carretera y el cinturón puesto, pero el conductor aparta las dos manos del volante durante bastantes segundos. Y este vídeo de la DGT ha abierto el debate: ¿hay que criminalizar a un padre que intenta divertirse con su hijo, seguramente durante un viaje largo? ¿O es una conducta de riesgo que merece sanción?
Sea cual sea tu punto de vista, lo que está claro es que la reacción ha superado con creces lo que esperaba la DGT, porque el vídeo se ha llenado de comentarios a favor y en contra. No solo por el tono del vídeo, sino por la forma en que muchos usuarios interpretan el papel de las instituciones a la hora de vigilar, gestionar los recursos públicos y las libertades en la carretera.
El vídeo de la DGT que ha despertado críticas en redes sociales
Empecemos por el principio. Hace unos días, y en plenas operaciones especiales por las vacaciones de verano, la DGT ha compartido un vídeo en redes sociales con un mensaje bastante duro: «A minutos de comenzar una nueva Operación Salida, llamamos a la prudencia y a la responsabilidad al volante a aquellos que comienzan hoy sus vacaciones en la carretera. Todos bien atados, ojos en la carretera y manos al volante. Combatir el aburrimiento, sí, pero no así».
Hay usuarios que en su cuenta de X se han mostrado a favor de la DGT: «Un descerebrado que puede provocar un accidente, matar a ese niño y a más pequeños» o «debería comerse una multa que no se pueda sentar en años y retirada de carnet«. Señalan a que tocar las palmas, aunque parezca un gesto inocente, también puede comprometer la capacidad de reacción al volante.
Sin embargo, las respuestas en sentido contrario han sido igual de contundentes. «La DGT difunde un vídeo criminalizando a un padre que se divierte con su hijo durante un viaje por carretera. Ya podrían mandar ese mismo helicóptero a reforzar la vigilancia contra los narcos que cruzan el estrecho o a los que remontan el Guadalquivir», ha escrito @SrLiberal en su cuenta de X. Esa publicación acumula en este momento casi 5 millones de reproducciones, miles de reposts y likes.
La DGT no se lo esperaba, pero el debate está servido. ¿Ese momento de alegría compartida es un peligro? ¿Estamos llevando el concepto de vigilancia demasiado lejos? ¿Es una conducta sancionable? En redes sociales hay opiniones para todos los gustos y colores, y lo que dice el Reglamento General de Circulación (RGC) es que estas conductas son infracciones graves. Además, Tráfico justifica que las distracciones están detrás de buena parte de los accidentes que se producen en nuestras carreteras.
¿Concienciación o desvío de prioridades?

La DGT lleva años utilizando vídeos, campañas y mensajes en redes para concienciar sobre la seguridad vial. Algunos muy eficaces; otros, más polémicos. Pero en este caso, muchos cuestionan si se está utilizando el foco de la seguridad para señalar conductas que, aunque discutibles, no rozan lo sancionable.
Las principales críticas a la DGT apuntan a un uso cuestionable de los recursos públicos. «Mientras helicópteros graban a padres cantando con sus hijos, las mafias cruzan el Guadalquivir con total impunidad”, se quejaban varios usuarios. Un argumento que, aunque bastante simplificado, recoge una visión bastante amplia sobre lo que muchos piensan sobre las prioridades institucionales.