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miércoles, 10 septiembre 2025

La DGT sigue estas pautas para colocar los radares, y te van a sorprender

La ubicación de los radares de la DGT es un misterio para muchos, pero la realidad es que no se colocan al azar.

Cuando la DGT decide colocar un radar en algún punto, la primera idea que nos viene a la cabeza, casi de forma automática, es que lo hacen para recaudar más dinero. Es una creencia muy extendida. Sin embargo, el organismo explica que los criterios para su colocación están basados en datos reales y análisis de peligrosidad.

Antes de que termine el año, la DGT se propone añadir más de 100 nuevos radares a las carreteras españolas. ¿Cuáles son las pautas que utiliza para decidir su ubicación?

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Los mitos más comunes sobre los radares de tráfico

Fuente: Europa Press

La creencia popular es que los radares se sitúan en tramos de carretera donde la velocidad cambia de repente, o en lugares estratégicos para «cazar» a más conductores. También se piensa que se colocan justo después de una señal de limitación de velocidad o en zonas de bajada.

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Es cierto que algunos radares pueden parecer que están en puntos donde es fácil caer en la trampa, pero la DGT insiste en que su objetivo principal no es recaudar, sino reducir la siniestralidad. La colocación de un radar es una medida más dentro de una estrategia mucho más amplia para mejorar la seguridad vial. Y esta estrategia se basa en datos, no en intuiciones o en la mera búsqueda de ingresos.

La función de un radar de tráfico es controlar que los vehículos no superen la velocidad máxima permitida en un tramo de carretera concreto. El exceso de velocidad es uno de los principales factores de riesgo en la carretera. Según la DGT, ir a una velocidad superior a la permitida aumenta la probabilidad de sufrir un accidente y, si ocurre, la gravedad de las lesiones.

Por eso, los radares se conciben como herramientas de disuasión. La mera presencia de uno de ellos, aunque sea solo un aviso, hace que los conductores levanten el pie del acelerador y adapten su velocidad. En este sentido, un radar es un elemento de seguridad pasiva, ya que ayuda a prevenir accidentes antes de que ocurran. La multa, para la DGT, es la consecuencia de una conducta irresponsable, no el objetivo final.

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