¿Quién no ha escuchado alguna vez consejos sobre cómo «pasar» un control de alcoholemia? En el imaginario popular, existen trucos que supuestamente ayudan a engañar a los temidos alcotest. Sin embargo, la Dirección General de Tráfico (DGT) está dispuesta a desvelar la verdad tras estos mitos urbanos.
En este artículo, desentrañaremos tres de los trucos más comunes y te revelaremos por qué son ineficaces y peligrosos, poniendo en riesgo tu vida y la de los tuyos.
El mito del chicle de menta:

Uno de los consejos más extendidos es masticar chicle de menta antes de someterse a un control de alcoholemia. La creencia es que el fuerte aroma de la menta enmascarará el aliento alcohólico. Sin embargo, la DGT advierte que este truco es completamente ineficaz.
El doctor Juan Martínez, experto en toxicología, explica que el alcohol se metaboliza en el organismo, y ningún chicle de menta puede ocultar ese proceso. El aliento alcohólico es solo uno de los indicadores que los agentes de tráfico tienen en cuenta durante un control. Si alguien ha bebido, los niveles de alcohol en sangre serán detectados, independientemente del chicle.
Beber café o agua en exceso:
Otro mito común es la creencia de que beber grandes cantidades de café o agua antes de un control diluirá el alcohol en el organismo, reduciendo así la concentración en sangre. La realidad es que esto no funciona y puede ser peligroso.
El doctor Martínez advierte que el cuerpo necesita tiempo para metabolizar el alcohol, y ninguna cantidad de líquidos puede acelerar este proceso. Además, beber en exceso antes de un control puede llevar a una falsa sensación de sobriedad, lo que aumenta el riesgo de accidentes de tráfico.
El truco de la cebolla o el ajo:

Algunos creen que comer cebolla o ajo crudos antes de un control de alcoholemia puede ocultar el olor del alcohol en el aliento. Sin embargo, este truco es más bien un mito culinario que una estrategia efectiva.
La DGT aclara que los agentes de tráfico están entrenados para detectar el consumo de alcohol, y el olor a cebolla o ajo es un indicio evidente de que alguien está intentando ocultar algo. Además, este tipo de maniobras pueden empeorar la situación, ya que el aliento a cebolla o ajo puede resultar incluso más desagradable.
La ciencia detrás de la detección de alcohol:
Es importante comprender cómo funcionan los controles de alcoholemia para evitar caer en trucos ineficaces. Los agentes de tráfico utilizan dispositivos llamados etilómetros para medir la cantidad de alcohol en el aliento. Estos dispositivos funcionan midiendo la concentración de alcohol en el aire exhalado, que está directamente relacionada con la concentración de alcohol en la sangre.
Es fundamental destacar que intentar burlar un control de alcoholemia es una acción irresponsable que pone en peligro la seguridad vial. Conducir bajo los efectos del alcohol es una de las principales causas de accidentes de tráfico en España, y las autoridades están comprometidas en reducir estas cifras alarmantes.
La DGT trabaja continuamente para mejorar la eficacia de los controles de alcoholemia y garantizar que los conductores responsables no compartan la carretera con personas que han bebido. En lugar de buscar trucos para evitar ser detectados, la mejor estrategia es planificar con antelación el transporte o utilizar alternativas como taxis o servicios de conductor designado.
El rol de la tecnología en los controles de alcoholemia: La DGT a la vanguardia

El avance tecnológico ha traído consigo una mejora significativa en la efectividad de los controles de alcoholemia. La DGT ha incorporado dispositivos más sofisticados y precisos en su arsenal, lo que hace que sea aún más difícil evadir la detección. Veamos cómo la tecnología está desempeñando un papel fundamental en la lucha contra la conducción bajo los efectos del alcohol.
Los etilómetros digitales son una herramienta crucial en los controles de alcoholemia modernos. Estos dispositivos han reemplazado en gran medida a los antiguos modelos analógicos y ofrecen una mayor precisión en la medición de la concentración de alcohol en el aliento.
Los etilómetros digitales utilizan sensores avanzados para detectar con precisión la cantidad de alcohol presente en el aliento del conductor. Estos sensores son altamente sensibles y pueden detectar concentraciones de alcohol incluso por debajo del límite legal. Además, estos dispositivos registran automáticamente las mediciones, lo que reduce la posibilidad de errores humanos.
El uso de cámaras de video:
La DGT ha comenzado a utilizar cámaras de video en los controles de alcoholemia para documentar el proceso y garantizar la transparencia. Estas cámaras registran las interacciones entre los agentes de tráfico y los conductores, lo que ayuda a evitar posibles reclamaciones de mala conducta y garantiza que el procedimiento se realice de manera justa.
Además, estas grabaciones pueden ser utilizadas como evidencia en casos de litigio relacionados con la conducción bajo los efectos del alcohol. Esto proporciona una capa adicional de protección tanto para los conductores como para las autoridades.
La utilización de datos biométricos:

La tecnología también ha permitido la incorporación de datos biométricos en los controles de alcoholemia. Algunos dispositivos pueden medir la temperatura corporal, el pulso y otros parámetros fisiológicos para determinar si un conductor está bajo la influencia del alcohol.
Estos datos biométricos pueden proporcionar una imagen más completa de la condición de un conductor y ayudar a detectar posibles intentos de engañar al sistema. Por ejemplo, si alguien ha consumido alcohol y trata de ocultarlo mediante trucos como el chicle de menta, su temperatura corporal y pulso pueden revelar signos de intoxicación.
La integración de la inteligencia artificial:
La inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en una herramienta valiosa en la detección de conductores ebrios. Los algoritmos de IA pueden analizar patrones de comportamiento y señales de conducción para identificar conductores potencialmente ebrios.
Por ejemplo, si un conductor presenta movimientos erráticos, cambios bruscos de velocidad o falta de atención, la IA puede alertar a los agentes de tráfico para que realicen un control de alcoholemia. Esta capacidad de detección temprana puede prevenir accidentes y salvar vidas, ya sea la nuestra o la de los acompañantes de nuestro coche.