La DGT se ha puesto por fin del lado de los conductores para ayudarles a ahorrar en combustible. Ha desvelado una serie de trucos y consejos que, aplicados en tu día a día, pueden hacer que tu bolsillo respire un poco más tranquilo cuando te pones al volante. Seguro que te pica la curiosidad por saber cuáles son las recomendaciones de este organismo, ¿verdad?
El ahorro de combustible, una prioridad
Vivimos en una época en la que la sostenibilidad y la eficiencia son más importantes que nunca, y el ahorro de combustible no es solo una cuestión económica. También es un gesto a favor del medio ambiente. Consciente de esta doble vertiente, la Dirección General de Tráfico ha querido ir más allá de su rol tradicional con los trámites y ofrecer una guía práctica para que los conductores puedan reducir su consumo de gasolina. No se trata de fórmulas mágicas ni innovadoras, sino de aplicar el sentido común y adoptar ciertos hábitos al volante.
1El consejo más importante de la DGT: Conducción eficiente
La DGT ha puesto el foco en la conducción eficiente, una serie de técnicas y comportamientos que, si los adoptas, se traducirán en menos visitas a la gasolinera. No pienses que esto significa ir lento o renunciar al placer de conducir. Al contrario, se trata de una forma más inteligente y consciente de moverte.
Cuando arrancas el coche, ¿sueles pisar el acelerador con impaciencia? Un error común. La DGT aconseja que, si tu coche es de gasolina, inicies la marcha justo después de arrancar, sin acelerones innecesarios. Si tu coche es diésel, es recomendable esperar unos segundos antes de iniciar el movimiento, porque el motor necesita alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento, y forzarlo en frío consume más combustible. En cuanto a la primera marcha, úsala solo para iniciar el movimiento. Cambia a segunda en cuanto hayas recorrido unos pocos metros. Mantener la primera marcha más tiempo del necesario es un derroche de energía y, por tanto, de combustible.
Una de las claves de la conducción eficiente es circular el mayor tiempo posible en marchas largas y a bajas revoluciones.En ciudad, intenta ir en tercera o cuarta siempre que sea posible. En carretera, la quinta o la sexta (si tu coche las tiene) serán tus mejores amigas. Circular en una marcha inferior a la que deberías para la velocidad a la que vas implica que el motor trabaje a un régimen de revoluciones más alto de lo necesario, lo que se traduce en un mayor consumo de gasolina.
Frenar en seco y acelerar rápido es una de las principales enemigas del ahorro de combustible. La DGT enfatiza la importancia de la anticipación. Observa el tráfico a tu alrededor, las señales, los semáforos. Si ves que vas a tener que frenar, levanta el pie del acelerador con antelación y deja que el coche se desplace por inercia. El uso del control de crucero en vías rápidas puede ser un gran aliado para mantener esa velocidad uniforme y, por ende, optimizar el consumo. Cada vez que aceleras bruscamente, el motor necesita inyectar más combustible, y cada vez que frenas bruscamente, esa energía que has gastado en acelerar se disipa en forma de calor en los frenos, energía que podrías haber aprovechado.
