Desde que aparecieron en las carreteras europeas, las glorietas han servido para que el tráfico sea más fluido. Aunque, en la práctica, muchas veces se convierten en un “sálvese quien pueda». La DGT advierte de los peligros que supone no circular por estas zonas de forma correcta.
De hecho, uno de los gestos más habituales, que casi todos hacemos por inercia al salir de ellas, podría costarte 200 euros y, lo que es peor, 4 puntos del carnet de conducir.
2Los tres momentos clave para dominar una rotonda según la DGT

La DGT simplifica la maniobra completa en tres fases: la entrada, la circulación interior y la salida. Si dominas estas tres etapas, dominarás cualquier rotonda, por compleja que parezca.
Más de la mitad de los accidentes en rotondas se producen justo al entrar. Para hacerlo bien, la DGT insiste en un ritual muy simple. Primero, reduce la velocidad mucho antes de llegar a la línea de ceda el paso.
Después, observa con atención hacia tu izquierda. Tienes que escanear el tráfico que ya está circulando para calcular su velocidad y trayectoria.
Por último, cede el paso. Si viene un coche, tienes que detenerte antes de la línea si es necesario. No intentes colarte pensando que te da tiempo. Esa precipitación es la que provoca alcances laterales y frenazos bruscos. La paciencia en la entrada es tu mejor seguro de vida.
Una vez que has entrado de forma segura, llega la segunda fase: moverte por dentro del anillo. Aquí la norma general que recomienda la DGT es muy lógica: utiliza preferentemente el carril exterior. Si vas a tomar la primera o la segunda salida, mantenerte en él es la opción más segura y sencilla.
¿Para qué sirven los carriles interiores? Su función es la misma que en una autovía: para adelantar o para prepararte para tomar una de las últimas salidas. Si necesitas usarlos, hazlo, pero siempre señalizando cada cambio de carril con el intermitente. No puedes saltar de un carril a otro sin avisar. Y recuerda que, antes de salir, deberás volver al carril exterior con suficiente antelación.
Llegamos al punto que genera más conflictos y que la DGT persigue con más ahínco. Para salir de una rotonda, debes hacerlo siempre desde el carril exterior. Está prohibido cruzar desde un carril interior hacia la salida, atravesando uno o varios carriles.
Esta maniobra es muy peligrosa porque invade la trayectoria de un vehículo que circula correctamente por el carril exterior, provocando una colisión casi segura. Si vas por un carril interior y quieres salir, primero debes señalizar tu intención de cambiarte al carril derecho y, cuando puedas hacerlo con seguridad, incorporarte a él. Una vez en el carril exterior, ya puedes tomar tu salida.
¿Qué pasa si el tráfico del carril exterior no te permite cambiarte a tiempo? El mejor consejo de la DGT es que si no puedes salir con seguridad, des otra vuelta completa a la rotonda. Es mucho más seguro que forzar una maniobra que puede acabar en un accidente.