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lunes, 29 septiembre 2025

La DGT te explica cómo entrar (y salir) de una rotonda… sin liarla

Además de causar accidentes, circula de forma correcta por estas intersecciones puede suponer la pérdida de puntos del carnet.

Desde que aparecieron en las carreteras europeas, las glorietas han servido para que el tráfico sea más fluido. Aunque, en la práctica, muchas veces se convierten en un “sálvese quien pueda». La DGT advierte de los peligros que supone no circular por estas zonas de forma correcta.

De hecho, uno de los gestos más habituales, que casi todos hacemos por inercia al salir de ellas, podría costarte 200 euros y, lo que es peor, 4 puntos del carnet de conducir.

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Las rotondas siguen siendo un punto negro

accidente en una rotonda
Fuente: AEA

A nivel estadístico, las rotondas son un foco de conflictos. Según datos de Automovilistas Europeos Asociados, entre 2015 y 2019 se registraron en las glorietas españolas más de 45.000 siniestros con víctimas. El resultado fue de 317 personas fallecidas y más de 58.000 heridos. De hecho, casi el 10% de todos los accidentes con víctimas en nuestro país ocurren en estas intersecciones. La ironía es que las rotondas se diseñaron para ser más seguras que los cruces tradicionales con semáforos o señales de stop.

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Y lo son, en teoría. El problema no está en el asfalto, sino en los hábitos que hemos adquirido al volante. El desconocimiento de las normas básicas y, sobre todo, las prisas, han convertido estos espacios en un examen diario que muchos conductores suspenden, a veces con consecuencias muy graves. Por eso, la DGT no se cansa de repetir unas pautas que, si todos aplicáramos, cambiarían estas estadísticas.

En una rotonda, la prioridad la tienen siempre los vehículos que ya están circulando dentro de ella. Parece sencillo, pero es la causa de la mayoría de incidentes. Muchos conductores, por un error de concepto o por un mal hábito arrastrado durante años, aplican por instinto la norma general de ceder el paso a la derecha. En una rotonda, esa norma queda anulada.

Cuando te aproximas a una glorieta, tu única obligación es ceder el paso a los que vienen por tu izquierda, es decir, a los que ya están girando en el anillo. No importa si el coche que viene por la izquierda está en el carril interior o exterior de la rotonda; si está dentro, tiene preferencia. Solo una señal específica, como un semáforo, un stop o un agente regulando el tráfico, podría cambiar esta norma.

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