La DGT recomienda abrochar los cinturones de seguridad traseros, incluso cuando no va nadie sentado. Puede parecer una medida extraña, casi inútil a simple vista. Incluso a veces el maletero se nos queda pequeño, y terminamos utilizando los asientos de atrás para colocar bolsas, mochilas o incluso la nevera portátil. Sin embargo, lo que parece una solución práctica en realidad es un riesgo enorme.
La razón detrás de esta recomendación es lo que los expertos en seguridad vial llaman el efecto elefante. Aunque suene curioso, este término esconde un peligro real y, una vez que lo entiendas, nunca más volverás a dejar los cinturones sueltos.
3Un pequeño gesto que puede salvarte la vida

Abrochar los cinturones traseros cuando no hay ocupantes es una medida de seguridad pasiva que, junto con una correcta organización de la carga, minimiza los riesgos del efecto elefante. Cada vez que te subas al coche, piensa en lo que llevas suelto y en el peligro que representa. Un simple teléfono móvil, una botella de agua o un libro pueden convertirse en proyectiles en un frenazo.
Así que, la próxima vez que te prepares para un viaje, dedica un par de minutos a asegurarte de que todo está en su sitio. No se trata solo de evitar una multa de la DGT por incumplir una normativa o de que tu viaje sea más cómodo. Se trata de protegerte a ti mismo, a tu familia y a los demás usuarios de la carretera.