Vamos a la gasolinera, cogemos la manguera, llenamos el depósito y seguimos nuestro camino. El acto de repostar es sencillo y rutinario, ¿verdad? Sin embargo, muchos conductores desconocen que un pequeño descuido o una práctica equivocada en ese momento puede convertirse en una avería costosa para el coche.
En España, a pesar del auge de los eléctricos, los motores de combustión aún dominan las carreteras. Las estaciones de servicio son escenario habitual de colas, sobre todo en verano, cuando los desplazamientos se multiplican. Y en medio de esa rutina, muchos olvidan que repostar no es solo llenar el depósito: es hacerlo de forma correcta y responsable.
3Confundir gasolina y diésel: un clásico costoso

Otro gran error al repostar es equivocarse de combustible. Pese a que cada vez más boquereles tienen sistemas de seguridad para evitar confusiones, sigue ocurriendo. Y el problema es que echar gasolina a un coche diésel, o viceversa, no es solo un despiste: puede convertirse en una reparación de miles de euros.
Los sistemas de inyección modernos son muy sensibles. Unos pocos litros del carburante equivocado circulando por el motor pueden provocar daños irreversibles en inyectores, bomba y demás componentes. Si nos damos cuenta del error, lo más recomendable es no arrancar el coche bajo ningún concepto y llamar a la grúa para vaciar el depósito en el taller.