Este BMW 318i es más que un «simple» coche, sobre todo para su propietario, Mike. Eso se nota en detalles como que está bautizado por él con el nombre de Percy y que también está adaptado para que lo pudiera conducir, pues Mike, después de un accidente quedó en silla de ruedas.
Mike decidió que después de 24 años de vida y con más de 400.000 kilómetros a sus espaldas era el momento de deshacerse de su compañero Percy, pero de una manera especial. Planeó junto a tres amigos la posibilidad de emprender un viaje hasta la sede de BMW en Múnich para reciclar su entrañable BMW 318i.
17 países, 18.000 km, 105 días…
El viaje estaba claro… Salír de Sudáfrica y recorrer Botsuana, Zimbaue, Zambia, Malaui, Tanzania, Kenia, Etiopia, Sudán, Egipto e Irsael. Después había que dar el salto a Europa y seguir circulando por Grecia, Serbia, Macedonia, Hungría, Austria y por último, Alemania. En total más de 18.000 kilómetros por terrenos de todo tipo, pues sabían que no sólo iban a circular por carreteras asfaltadas, sino que se iban a encontrar de todo. Además hay que recordar que hablamos de un 318i con apenas 100 CV de potencia, un turismo con una distancia al suelo comedida, suspensiones ideadas para el asfalto y sin tracción a las cuatro ruedas. Es más, ninguno de los tres amigos de Mike era mecánico (Mike no les acompañó en el viaje).
El viaje comenzó el pasado 4 de abril de 2014 y en total necesitaron 105 días para completarlo. Objetivo cumplido, pues llegaron a Múnich para «donar» este indestructible BMW 318i a la planta de reciclado. Durante el viaje pensaron en numerosas ocasiones si ese sería el mejor final para Percy, pero os dejo este vídeo de #BMWstories, un documental donde se narra este singular viaje. Merece la pena.
