El primer eléctrico de Cupra, que llegará al mercado este año, ha entrado en una fase decisiva de su desarrollo, sometiéndose a las últimas pruebas de invierno a muy pocos kilómetros del Círculo Polar Ártico. A 30 grados bajo cero, el futuro Cupra Born se ha sometido a un test de durabilidad, que consiste en conducir durante 30.000 kilómetros con el objetivo de conseguir el mejor rendimiento en cualquier condición.
En un circuito sobre un lago helado, se comprueba el Control Dinámico de Chasis y las diferentes opciones de firmeza de los amortiguadores. Con una combinación de superficies de hielo y asfalto, los chicos de Cupra intentan recrear las condiciones más difíciles. Aquí juega un papel muy importante la tecnología que incorpora el vehículo, ya que los sensores de las cuatro ruedas analizan cada terreno para dar con el equilibrio que proporcione la frenada más estable.
Máxima confort al instante
La respuesta del sistema de climatización eléctrico es instantánea, incluso a 30 grados bajo cero, entregando el máximo nivel de potencia calorífica desde el primer segundo. Para diseñar la climatización, los ingenieros han contado con lo último en tecnología, como impresoras 3D.
El nuevo Cupra Born, que se presentará a principios de mayo, llegará con la opción de motor más potente y la batería de 82 kWh (77 kWh netos) que le darán unas prestaciones para acelerar de 0 a 50 km/h en 2,9 segundos o una autonomía de 500 kilómetros.
