¿Cómo sería disfrutar del verano en la carretera sin que el indicador de combustible te avise tantas veces de que hay que repostar? Seguro que buscas consejos para estirar cada litro de combustible, convirtiendo esos viajes largos en experiencias aún más liberadoras. Y lo bueno es que sí existen trucos sencillos pero efectivos para conseguirlo.
Prepararse para el verano implica más que planificar rutas y destinos. También significa optimizar cada aspecto de tu conducción para que tu cartera (y el medio ambiente) te lo agradezcan.
Consejos antes de arrancar

Antes de que te lances a la aventura, es fundamental que le prestes atención a tu coche. Un vehículo en óptimas condiciones no solo es más seguro, sino que también es mucho más eficiente en el consumo de combustible. Y hay algunos consejos que debes tener en cuenta.
Los neumáticos son el único punto de contacto entre tu coche y la carretera, y su estado influye en el consumo. Circular con una presión incorrecta puede aumentar el gasto de combustible hasta en un 5%, un porcentaje que a lo largo de un viaje largo se traduce en una cantidad significativa de dinero, y en un desgaste prematuro de las ruedas.
Antes de cada viaje, sobre todo si vas a cargar el coche o si las temperaturas son elevadas, revisa la presión de los neumáticos. Una presión adecuada garantiza un agarre óptimo, reduce la resistencia a la rodadura y, por lo tanto, ayuda a que el motor trabaje de forma más eficiente.
Además, un coche bien mantenido es un coche con menor consumo. Un filtro de aire sucio, por ejemplo, puede restringir el flujo de aire al motor, haciendo que este tenga que esforzarse más y consuma más combustible. Lo mismo ocurre con las bujías viejas o un aceite de motor en mal estado.
Asegúrate de que tu coche reciba sus revisiones periódicas según las indicaciones del fabricante. Presta especial atención al cambio de aceite y filtros. Un buen mantenimiento previene averías costosas y optimiza el rendimiento del motor, reduciendo el consumo de combustible.
Técnicas de conducción para un menor consumo

Una vez que tu coche está a punto, toca ponerse en marcha. Tu estilo de conducción es, sin duda, uno de los factores más determinantes en el consumo de combustible. Unos pequeños cambios en tus hábitos al volante pueden generar un ahorro considerable.
Evitar los acelerones bruscos y las frenadas de golpe es una de las reglas de oro para ahorrar combustible. Cuando aceleras de forma agresiva, el motor inyecta más combustible de lo necesario para generar esa potencia extra. Del mismo modo, frenar bruscamente significa que has malgastado la energía que habías empleado para acelerar. Intenta mantener una conducción fluida, observa el tráfico con antelación, mantén una distancia de seguridad adecuada con el vehículo de delante y predice los movimientos. Esto te permitirá levantar el pie del acelerador y dejar que el coche se deslice por inercia.
A altas velocidades, la resistencia aerodinámica aumenta exponencialmente, lo que significa que tu coche necesita más energía para avanzar. Mantener una velocidad constante y moderada en autopista es un consejo fundamental. Circular a 120 km/h en lugar de 100 km/h puede suponer un aumento del consumo de combustible de hasta un 20%. Utiliza el control de crucero si tu coche lo tiene, sobre todo en tramos llanos y de rectas largas. Esto te ayudará a mantener una velocidad uniforme y evitará las pequeñas aceleraciones y deceleraciones que, aunque imperceptibles, suman en el consumo final.
Otro de los mejores consejos para aprovechar combustible es conducir en la marcha adecuada. Cambia a una marcha superior tan pronto como sea posible, sin que el motor se revolucione en exceso. Circular en marchas cortas a altas revoluciones es un derroche de combustible, ya que el motor está trabajando por encima de su zona de eficiencia. Intenta cambiar a una marcha más larga en cuanto notes que el motor lo permite sin forzarlo. Por ejemplo, en ciudad, a menudo puedes ir en cuarta o incluso quinta marcha a velocidades bajas si el tráfico lo permite.
Otros factores que influyen en el ahorro

Más allá del mantenimiento y la técnica de conducción, hay otros consejos que a menudo se pasan por alto y que pueden tener un impacto significativo en tu consumo de combustible. Por ejemplo, evita cargar en exceso el coche. Cada kilo extra que transportas en tu coche significa un mayor esfuerzo para el motor y, por lo tanto, un mayor consumo de combustible.
Otro enemigo invisible es el aire acondicionado. En los calurosos días de verano es un elemento de confort, pero también es un consumidor de energía. Utilizarlo a la máxima potencia puede incrementar el consumo de combustible hasta en un 20%. Úsalo con moderación..
Además, antes de salir planifica tu ruta con antelación. Utiliza aplicaciones de navegación que te informen del estado del tráfico en tiempo real y te sugieran rutas alternativas para evitar congestiones. Agrupa tus recados para hacer menos viajes y evitar trayectos innecesarios. Unos minutos extra de planificación pueden ahorrarte mucho tiempo y combustible.
El verano es una época para disfrutar, para explorar y para vivir nuevas aventuras. No dejes que la preocupación por el combustible empañe tus planes. Aplicando estos consejos, no solo notarás un alivio en tu bolsillo, sino que también contribuirás a reducir tu huella de carbono.