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Conducimos los Volvo XC60 y XC90 Mild Hybrid. Objetivo, electrificación

Pocos fabricantes de modelos premium no se han puesto ya las pilas ante la que se avecina en cuanto a reducción de emisiones y las multas a los fabricantes por no hacerlo. Y Volvo ha demostrado que tiene recursos suficientes y determinación para ponerlos en práctica. Hace ya tiempo que comenzó el proceso de electrificación con su XC90 y sus versiones híbridas enchufables, que luego se fueron ampliando a toda la gama. Acaba de anunciar una versión cien por cien eléctrica de su XC40. Y ha puesto a la venta un buen número de versiones con hibridación ligera Mild Hybrid en sus modelos XC60 y XC90. Y no hay vuelta atrás. La electricidad dedicada a mover el coche será cada vez más habitual en cualquiera de sus tecnologías.

Recordemos que la tecnología Mild Hybrid que ahora reciben los dos SUV grandes de la marca sueca aprovecha la energía que genera el vehículo cuando frena, en este caso con un sistema de frenado por cable eléctrico que elimina la conexión física entre el pedal de freno y las pastillas y los discos. Esta energía eléctrica se almacena en una pequeña batería de iones de litio de 48 voltios (que aunque Volvo no comunica, suele acercarse a 1 kWh de capacidad energética). La energía almacenada se utiliza para mover un motor de arranque-generador (ISG) que reduce activamente la carga del motor para que el consumo de combustible sea menor, especialmente en situaciones de conducción urbana. Este generador de arranque integrado también pone su granito de arena a la hora de ayudar al motor de combustión para lograr una aceleración más potente durante el inicio de la marcha.

Un 15 por ciento de ahorro de combustible

Es decir que la función del motor eléctrico o generador es asistir al motor de combustión y reducir la cantidad de trabajo que este debe hacer, pero en ningún caso tendrá como objetivo mover por sí solo el coche como sí pueden hacer los híbridos completos. Las mejoras no son espectaculares- Volvo habla de hasta un 15 por ciento de ahorro de combustible- pero sí que se aprecian al volante y, sobre todo, se gana en agrado de uso, suavidad, se consigue una respuesta más suave y eficaz del sistema Start/Stop, y, gracias a la etiqueta ECO de la DGT que le corresponde a estas versiones, los Volvo Mild Hybrid se encontrarán menos obstáculos para circular por la almendra central de las grandes ciudades los días de alta contaminación.

Hemos probado un XC60 B5 AWD y cambio automático y durante un viaje de 500 km por autovía a un ritmo elevado el consumo real ha oscilado entre los 7,5 y los 8,0 l/100 km, cifras sorprendentes para un todocamino de casi dos toneladas de peso y casi 250 CV. Además, el coche sorprende por su refinamiento y silencio de marcha, aunque el motor diésel en algo ruidoso en frío. También llama la atención que no se aprecie mayor poder de retención al levantar el pie del acelerador, como ocurre en otros híbridos suaves. Y, con buen criterio, notamos que el tacto del freno apenas se ha modificado a pesar de ser el encargado de regenerar energía para cargar la batería, manteniendo un recorrido y suavidad normales. Los precios de estas versiones Mild Hybrid se incrementan alrededor de 500 euros respecto a las versiones equivalentes sin esta tecnología.

Primero los diésel; después, los gasolina

Los primeros híbridos ligeros de Volvo en llegar al mercado español van a ser los que combinan el motor diésel con el generador eléctrico de 48 voltios. Sin embargo a continuación llegarán los modelos de gasolina. En concreto habrá XC60 B4 D AWD Aut. con 197+14 caballos y precios que parten de los 52.160 euros, XC60 B5 D AWD Aut. con 235+14 CV que tendrán un precio a partir de 57.285 euros, y XC60 B5 de gasolina AWD Aut. con 250+14 CV y precios disponibles a partir de los 56.900 euros. En el caso del XC90, habrá un B5 D AWD Aut. de 5 plazas con 235+14 CV y unos precios que parten de los 68.650 euros y un XC90 B5 de gasolina AWD Aut. con 250+14 CV que costará 72.350 euros en su versión de acceso. Y aunque por ahora conviven las versiones diésel normales con los Mild Hybrid, la idea es que poco a poco estos últimos sean los únicos disponibles. Volvo tiene previsto que en 2020 el 20 por ciento de las ventas sean híbridos enchufables, y en 2025, el 50 por ciento de los Volvo que se vendan en el mundo sean totalmente eléctricos.

¿Cuál es la diferencia entre un semihíbrido, un híbrido y un híbrido enchufable?

Los semihíbridos, Mild Hybrid o con tecnología de 48 voltios, utilizan el motor eléctrico como asistente del motor de combustión, pero en ningún caso ese motor eléctrico es capaz de mover por sí solo el coche. En los híbridos, el motor eléctrico y la batería son más grandes que en los semihíbridos y puede mover el coche en torno a los dos kilómetros utilizando exclusivamente el motor eléctrico y la batería y recargar su batería utilizando el motor o mediante el frenado regenerativo. El híbrido enchufable puede recargarse enchufándolo en un punto de carga de casa o en uno público. Ofrece una mayor autonomía eléctrica pura gracias a que la batería y el motor eléctrico son más grandes. El híbrido enchufable permite recorrer más de 40 km en eléctrico que en la mayoría de los casos son los trayectos normales de ida y vuelta al trabajo de muchas personas.