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Conducimos el Volvo V90 Cross Country D4. Gran viajero

Hace unos meses ya habíamos podido probar, por primera vez, el Volvo V90 Cross Country en tierras suecas. Allí pudimos comprobar, en las heladas carreteras del país y, sobre todo, en una pista de pruebas sobre un lago helado, todas las virtudes de un modelo que recoge la esencia de los todocamino de Volvo, una tradición con 20 años de historia.

Nos había sorprendido su comportamiento, aunque nuestro análisis de su comportamiento estaba a la espera de una prueba en unas circunstancias un poco más favorables, donde las condiciones climatológicas y de las carreteras nos permitieran analizarlo un poco más en profundidad y someterlo a una conducción más exigente. Y eso es lo que hemos podido hacer hace unos días ya en España, al inicio de la comercialización del Volvo V90 Cross Country en nuestro país. 

D4 con 190 caballos y cambio manual

Teníamos por delante un recorrido de más de 300 kilómetros entre Madrid y León, recorriendo también parte de la provincia leonesa. Y para el viaje disponemos de la versión de acceso a la gama diésel, el D4 de 190 caballos con cambio manual. Se trata de la versión 'básica', pero con un nivel de equipamiento y acabado de auténtico lujo. Con el acabado Pro se suman elementos repletos de exclusividad como el panel de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, la tapicería de cuero napa con asientos confort (el del conductor con regulación eléctrica), el mando de la llave también en cuero, luces antiniebla delanteros con iluminación en curva, llantas de 19 pulgadas, iluminación interior adaptativa, ajustes de modos de conducción o los umbrales de las puertas metálicos y con los logos de Volvo iluminados.

Ese ambiente exclusivo y refinado se nota en un interior amplio y muy habitable, en el que cinco personas viajarán a sus anchas gracias a un habitáculo muy amplio al que se accede de manera muy cómoda: se nota la mayor altura al suelo respecto al V90 normal. Además, el maletero ofrece 560 litros de partida y puede llegar a los 1.526 abatiendo los asientos. Eso convierte al V90 Cross Country en un gran rodador.

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Y esta variante diésel de 190 caballos se muestra ideal como acceso a la gama. El motor es un cuatro cilindros muy agradable, aunque con una sonoridad en frío un poco evidente al principio. Pero en marcha y gracias al trabajo de insonorización, no se escucha el motor en el interior del coche. En marcha, en autovía, el V90 Cross Country permite velocidades de crucero elevadas y una respuesta viva al acelerador, con un par máximo de 400 Nm que está disponible desde solo 1.750 vueltas. La versión que probamos cuenta con cambio manual de 6 velocidades con un manejo cómodo aunque un tacto un poco más 'blando' de lo que nos gusta. Pero los recorridos son precisos. Claro que, frente a la suavidad que nos demostró en Suecia el cambio automático de 8 velocidades no hay cambio manual que resista la comparación. 

Es una alfombra mágica a alta velocidad y con buen firme gracias a unas suspensiones con la dureza justa para que prime el confort de marcha y los pasajeros se sientan mimados en cada kilómetro. La dirección es precisa y los frenos potentes. Y con esos mimbres, los kilómetros pasan sin sentir. 

Ágil y cómodo en carretera

Salimos de la autopista y probamos el V90 Cross Country en carreteras de doble sentido. Y ahí también responde a la perfección. Sus dimensiones son grandes, pero su altura hace que el comportamiento en curva sea mucho más predecible que en el XC90 y similar al que ofrece el V90 normal. Es decir, se comporta como un familiar, sin excesivos balanceos y gracias a la tracción total, con total seguridad y sensación de control absoluta.  Y si nos da por salir de la carretera, descubriremos que este Cross Country traslada sus virtudes fuera del asfalto para rodar con total comodidad también por caminos.

Si todo esto lo redondeamos con un buen dato de consumo (5,1 l/100 km de gasto medio y 7,2 en nuestro recorrido… a buen ritmo) descubrimos que no es necesario mucho más para satisfacer a los conductores más exigentes. Salvo que busques con ahínco más prestaciones y un comportamiento más deportivo, para lo que habría que optar por alguna de las versiones de gasolina (245 o 320 caballos) o el diésel más potente, con sus 235 caballos. Pero con esta versión de acceso, que parece un tope de gama, todos quedarán satisfechos.