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Conducimos el Suzuki Ignis. SUV de ciudad

Suzuki recupera el nombre de Ignis para un pequeño 'por fuera' crossover urbano que sorprende por el aprovechamiento de su interior. Con el Ignis, la marca japonesa quiere dar la batalla entre los SUV más urbanos aunque por sus características casi se puede considerar un modelo único. Porque no es fácil encontrar un coche que en 3,7 metros de longitud ofrezca más espacio interior y versatilidad. Su interior, para solo cuatro ocupantes, cuenta unas plazas traseras en las que se pueden viajar con una anchura destacable. Y también un maletero muy aprovechable, que oscila entre 260 y 373 litros de capacidad desplazando los asientos traseros los 165 mm que permite esta configuración y llega a los 1.100 litros reclinando los respaldos.

No solo hay funcionalidad en el interior, también un diseño más juvenil que en otros Suzuki, donde se permite combinar los colores exteriores también en el interior. Y cuenta con la consabida pantalla táctil de 7 pulgadas, similar a la que ofrecen el Vitara o el S-Cross que permite controlar funciones de navegación, audio… Está a la última en sistemas de comunicación y para conectar el teléfono dispone de Apple Car Play y Android Auto, además de Mirror Link.

Dos cámaras para vigilarlo todo

También destaca en otras tecnologías, como interesantes sistemas de ayuda a la conducción: cuenta con dos cámaras que 'vigilan' permanentemente el entorno -el vehículo que va por delante y las líneas de la carretera- y con esas cámaras realiza tres funciones: la asistencia a la frenada, la alerta por cambio involuntario de carril o el detector de fatiga.

Y, como seña de identidad, puede equipar un clásico en Suzuki, la tracción total. El Ignis dispone de una variante con tracción total Allgrip Auto, que distribuye el par a las ruedas traseras automáticamente, cuando detecta que las delanteras pierden traccción.

En el apartado mecánico, en la marca han optado por un único motor, de gasolina. Se trata del 1.2 Dualjet de 90 caballos. Y como 'delicatessen', existe una versión que cuenta con un sistema híbrido -solo disponible en versión de tracción delantera- que ofrece en momentos puntuales, 4 caballos extra proporcionados por una batería de 3 kWh que apoya al motor de gasolina en función de la demanda sobre el acelerador. El resultado de esta versión híbrida es que mejora las prestaciones respecto a la versión normal (el 0 a 100 km/h lo hace en 11,8 segundos frente a los 12,2 del normal) y el consumo medio baja de los 4,6 a los 4,3 l/100 km. El cambio puede ser manual de 5 velocidades o automático también con 5 marchas. Y los acabados son dos, GLE (ya incluye ordenador de viaje, aire acondicionado, pantalla táctil o asientos delanteros calefactables) y GLX que suma faros led, navegación, doble cámara con sistemas de ayuda, control de velocidad con limitador, climatizador automático o arranque sin llave.

Cómodo y manejable

Todo esto, que en el papel suena muy bien, llevado al terreno cumple lo que anuncia. El Ignis es cómodo y manejable, se desenvuelve con fluidez y rapidez en el tráfico urbano y su ligereza le ayuda a ofrecer unas reacciones vivas. Aunque le falta algo de empuje al motor, que ofrece un par máximo de 12,2 mkg a 4.400 vueltas (el Panda Cross, que ellos consideran rival, ofrece 14,7 mkg a solo 1.900 revoluciones por minuto), con lo que hay que andar jugando demasiado con el cambio.

Va bien de suspensiones, aunque con una cierta tendencia al balanceo, la dirección es precisa y los frenos son adecuados para el tipo de utilización que mayoritariamente va a requerir el Ignis. Y tal vez debería mejorarse la insonorización del interior; no es que sea muy ruidoso el motor pero el sonido de rodadura se traslada demasiado al habitáculo. En cualquier caso, tras un recorrido por los alrededores de Madrid y el centro de la capital, el veredicto es favorable. El Ignis, como buen Suzuki, apuesta siempre por la utilidad. Y eso, unido a su estilo de 'crossover' y su precio, serán las que determinen sus posibilidades de éxito.