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Conducimos el renovado Edge, el SUV premium de Ford

Ford ha renovado el Edge, su SUV más grande, cuidado, equipado y potente. El Edge recién llegado no se puede considerar una tercera generación de un modelo que, recordemos, llegó a Europa en 2014 aunque se vendía en los EEUU desde 2006, sin embargo sí que presenta importantes novedades a nivel de diseño, técnica, seguridad y equipamiento para situarlo en la órbita de los mejores SUV del segmento incluidos Audi, BMW y Mercedes; aunque en realidad el rival más importante para Ford es el Volvo XC60.

Recordemos que el Edge es un SUV muy grande ya que mide 4,83, sólo seis centímetros menos que un Volkswagen Touareg. Y consecuentemente ofrece mucho espacio interior y un maletero de 602 litros, superior al de todos sus rivales, normalmente más pequeños como son el Alfa Stelvio, el Audi Q5, el BMW X3 o el Mercedes GLC. En el Ford recién llegado se han trabajado muchos aspectos pero sobre todo y respecto al modelo anterior se ha mimado especialmente la calidad y la insonorización, reduciendo en este último caso hasta 2,5 decibelios la sonoridad interior en marcha. Exteriormente el modelo del óvalo azul recibe nueva parrilla, capó, paragolpes y faros, además de nuevos colores. Y en el interior de las versiones con cambio automático se sustituye la palanca del anterior cambio Powershift de doble embrague por una rueda que permite seleccionar las diferentes posiciones del nuevo cambio E-Shifter de 8 marchas con convertidor de par, además de liberar un espacio muy útil a su alrededor.

Dos motores diésel EcoBlue

A nivel mecánico sigue la apuesta de Ford por sus eficientes motores diésel como única alternativa para este modelo, entre otras cosas porque el 95 por ciento de lo que se vende en este segmento está movido por ese tipo de combustible demonizado injustamente. Sin embargo hay importantes novedades técnicas. Y ahora el Edge incorpora dos motores 2.0 Ecoblue con potencias que pasan de 180 a 190 CV y de 210 a 238 CV. En el caso del primero, cuenta con un solo turbo y siempre irá asociado al cambio manual de seis marchas. En el caso del más potente, lleva doble turbo y se combinará con ese cambio automático E-Shifter de 8 velocidades. Y todos contarán de serie con tracción a las cuatro ruedas con un sistema inteligente que analiza 40 variables de medición cada 16 milisegundos y que, en caso necesario, puede mandar el cien por cien del par a un solo eje. El Edge con el motor de 190 caballos homologa un consumo de 5,8 l/100 km, un dato sorprendente si tenemos en cuenta el tamaño de este SUV y que pesa 2.030 kilogramos. El más potente de 238 caballos aumenta el consumo medio justo en un litro hasta los 6,8 l/100 km.

El Edge recién llegado estará disponible en 4 niveles de acabado: Trend, Titanium, Vignale y ST Line, y es este último el que más ha potenciado la marca al ser el acabado mayoritariamente elegido por los compradores (el 65 por ciento). Por ello el Edge ST Line lleva de serie entre otras cosas : Llantas de 20″ Premium , Navegador con Sistema de audio B&O con 12 altavoces y 1.000 watios, el SYNC 3 , Asientos de cuero perforado ST Line (costuras en rojo) y 10 ajustes con memoria, Kit exterior deportivo específico para ST Line , Suspensión deportiva con altura rebajada de la carrocería , Pedales en aluminio , Volante deportivo , Molduras en negro , Interior oscuro y Asientos traseros calefactables.

Desde 42.000 euros con descuentos

Pero hay novedades también en cuanto a equipamiento se refiere. Por ejemplo el Sync 3 que se integra totalmente con el Smartphone; el cuadro de instrumentos digital con gran cantidad de información; el Ford Pass Connect que es una aplicación para el smartphone que permite la localización del vehículo, la apertura y cierre del mismo o analizar su estado. Además el Edge ya cuanta con cargador inalámbrico de móvil, plegado automático de los asientos traseros.

El precio del nuevo Edge parte de los 46.125 euros, aunque si aplicamos el descuento oficial esta cifra se reduce hasta los 42.000. El paso del acabado Trend al Titanium supone un desembolso de 3.000 euros; pasar del Titanium al ST Line cuesta 3.200 euros; y para pasar del ST Line al Vignale la cifra a pagar es de 5.000 euros. Por último y respecto al motor de 190 caballos y cambio manual, elegir el de 238 caballos y cambio automático tiene un sobreprecio de 5.700 euros.