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Conducimos el Renault Mégane R.S. Concentrado de tecnología

Quién nos iba a decir que en la era de los coches 'verdes' y del anticipo de la conducción autónoma, las ventas en el segmento de los compactos GTI de altas prestaciones iban a subir como un cohete animando a los fabricantes a seguir sorprendiendo. Es una magnífica noticia para los entusiastas de los coches con alma y de la conducción pura y dura, que todavía somos mayoría. Como lo es que Renault siga evolucionando su compacto más deportivo, el Mégane R.S. Además, el nuevo R.S. se convierte en la opción más asequible del segmento, porque por un precio de partida de 31.900 euros ofrece un paquete tecnológico difícil, por no decir imposible, de encontrar en los rivales.

Y es que todos los R.S. contarán de serie con chasis 4Control de cuatro ruedas directrices (único en el segmento), cinco modos de conducción, un motor 1.8 Turbo de 280 CV con turbo de doble entrada que comparte con el espectacular Alpine, dos tipos de cajas de cambio (manual y automática de doble embrague, ambas de 6 marchas), dos tipos de chasis (Cup y Sport) y alguna tecnología heredada de competición, como los cuatro topes hidráulicos de compresión dentro de los amortiguadores, que añaden flexibilidad y restan sequedad eliminando a su vez los efectos de rebote. Respecto a esta última solución, los ingenieros de Renault han preferido esa novedad en vez de ofrecer un sistema de suspensión pilotada y regulable, disponible en muchos de los rivales y que habría evitado tener que desarrollar dos chasis.

Una puesta a punto individual

La buena noticia es que de la manera elegida por la marca del rombo se puede llegar aún más lejos en cuanto puesta a punto individual. Así, el chasis Sport ofrece un magnífico equilibrio en casi todas las circunstancias y muy pocos entusiastas de la conducción echarán en falta mayor dureza de muelles y amortiguadores. Y esos pocos que busquen el R.S. más radical siempre tienen el chasis Cup con la amortiguación un 10 por ciento más dura, el diferencial autoblocante Torsen (solo con caja manual y chasis Cup) y un sistema 4Control con un software adaptado a los requerimientos de este chasis.

Sea cual sea, el nuevo Mégane R.S. ofrece el sistema MultiSense y cinco modos de conducción: Comfort, Normal, Sport, Race y Perso. En este último modo, se pueden ajustar hasta nueve parámetros adicionales entre los que se encuentra el modo ECO del motor, un programa que nos ayudará a reducir el consumo. Durante la toma de contacto, a 100 km/h mantenidos, el R.S. consumió 7,0 l/100 km; en conducción normal por carretera nacional con curvas el gasto ascendió a 9,5 l/100 km; y en conducción deportiva abusando mucho de las marchas cortas y en modo Sport, el ordenador marcaba más de 18 l/100 km. Sin embargo el consumo homologado del Renault se sitúa como uno de los más bajos de entre la competencia con 6,9 l/100 km, solo mejorado por el Seat León Cupra DSG con 6,8 l/100 km. Y como dato curioso decir que con el cambio EDC el nuevo R.S. gasta ligeramente menos.

Pero dejemos estos antipáticos datos de consumo y centrémonos en lo que de verdad quiere saber el prototipo de comprador de un deportivo así, un usuario de alrededor de 40 años, del género masculino, apasionado de los coches y bien situado económicamente al que, casi con seguridad, el gasto de combustible le traerá al pairo desde que recorra el primer kilómetro con este cohete.

El motor 1.8, de los mejores de su categoría

El Mégane R.S. acelera de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos, el mismo dato que ofrecía el Trophy R anterior y en línea con dos de los que para Renault son sus más directos rivales, el Honda Civic Type R y el Seat León Cupra DSG que lo hacen en 5,7 segundos. El francés alcanza en 2ª una velocidad de 85 km/h; en 3ª, llega a los 135 km/h; y en 4ª, la pantalla digital marca los 185 km/h, aunque finalmente el R.S. con el cambio manual alcanza los 255 km/h por los 250 del R.S. con el EDC. La aceleración es progresiva, sin una «patada» brutal pero con un empuje consistente que se aprecia contundente a partir de 2.500 rpm. Y es que el par máximo de 39,8 mkg está disponible entre 2.400 y 5.000 rpm y convierte al motor 1.8 en uno de los mejores de su categoría. Renault ha trabajado mucho el sonido del coche, pero también ha querido potenciarlo en el interior recurriendo a un sonido artificial que sale por los altavoces traseros y que deja un rastro deportivo innegable que se puede regular desde la pantalla central.

El cambio manual, que probamos en circuito con el chasis Cup, es una delicia por precisión y rapidez; sin embargo nosotros nos inclinamos más por el cambio EDC que aunque sea automático, nos permite una implicación total con el sistema. El R.S. con el EDC sube hasta 6.900 rpm en aceleración y deja reducir incluso a 6.500 rpm, cifras nada conservadoras que permiten seleccionar de verdad la marcha a la que queremos entrar en una curva. Además, la tecnología Multi-change Down (reducción rápida de varias marchas), permite reducir varias velocidades mientras que se frena siempre que se deje la leva izquierda apretada, una rapidez impensable en un manual.

En el modo 'Race' el Mégane R.S. no pasa a una marcha más alta al llegar al límite de revoluciones si hemos activado el modo manual del cambio, pero si vamos en modo Race y en la posición D sí lo hace, por lo que ofrece el máximo número de posibilidades para no aburrirse, incluidas dos levas de cambio de generoso tamaño que, eso sí, deberían ir en una posición más centrada a los lados del volante y no tan arriba.

Con sistema 4Control

En cuanto a su comportamiento, viene marcado por dos tecnologías que nadie más utiliza en este segmento, como son las cuatro ruedas directrices y los nuevos amortiguadores Kayaba con topes hidráulicos de compresión, una tecnología de competición con algunas similitudes a los amortiguadores progresivos hidráulicos de Citroën, pero que en este caso solo trabajan en compresión. Renault también ha adaptado el sistema 4Control al modo de conducción 'Race' y las ruedas traseras cambian de ángulo de trabajo (para adoptar el mismo ángulo de giro que las delanteras) a partir de 100 km/h en vez de a 60 km/h, por lo que se acentúa la ayuda para efectuar el giro en curvas lentas hasta llegar a esa velocidad. En general el deportivo francés alcanza un equilibrio muy interesante entre comodidad y eficacia. Se muestra noble, perdona errores y se maneja con una facilidad pasmosa en todo momento sin que los riñones sufran más de la cuenta. Frente a sus rivales, es menos exigente que un Peugeot 308 GTI o un Honda Civic Type-R y menos radical que un Ford Focus RS o un VW Golf R. Está más en la línea de un Seat León Cupra DSG. El nuevo Mégane R.S. es utilizable a diario en cualquier escenario, pero no decepciona cuando se afronta una carretera de curvas y se elige el modo de conducción adecuado.

El Mégane R.S. con cambio automático EDC llegará a España en mayo con un precio de partida de 31.900 euros. Antes del verano llegará la caja manual con una rebaja de 2.000 euros sobre el precio del EDC. Y al chasis Cup que llegue después del verano, con cambio manual o automático, habrá que sumarle 1.700 euros. Por su parte, la versión Trophy con 300 caballos, chasis Cup y llantas de 19 pulgadas llegará a finales de año. Entre las opciones, el autoblocante Torsen sólo estará disponible con caja manual y chasis Cup,