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¡¡¡Supersónico!!! Conducimos el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio

Alfa Romeo ha ido cogiendo velocidad en los últimos meses en todos los sentidos. La llegada del Giulia y del Stelvio han sido clave en este sentido, y no digamos nada el lanzamiento de sus versiones Quadrifoglio. La última 'salpica' al Stelvio para convertirse en el SUV más rápido y dinámico entre los suyos, como ya demostró, con récord incluido, en el trazado del circuito de Nürburgring.

Tres son los pilares en los que se apoya este auténtico 'supercar': diseño, rendimiento y tecnología. El alma del Alfa Stelvio Quadrifoglio es su propulsor 2.9 V6 biturbo construido en aluminio que eroga 510 caballos de potencia y un extraordinario par máximo de 61,2 mkg disponibles desde 2.500 rpm. Cuenta con cárter seco, dos circuitos de refrigeración independientes, uno para el bloque y otro para los intercoolers, y añade un eficiente sistema que permite desactivar automáticamente la bancada derecha de cilindros, si la carga del motor lo permite, con el fin de recortar el consumo.

Para gestionar esa maravilla se apuesta por una transmisión automática ZF de ocho relaciones especialmente calibrada para este modelo, capaz de protagonizar cambios de marcha en tan sólo 150 milésimas de segundo, acción que se puede realizar en unas generosas levas fijas de aluminio.

Tracción total Q4

Y para que todo ese potencial no se 'descontrole', este vehículo monta un eficaz sistema de tracción total Q4 que en condiciones normales envía la totalidad del par a las ruedas traseras para enfatizar su carácter deportivo. Por medio de una caja de transferencia activa se puede transferir hasta un 50 por ciento de la motricidad a las ruedas delanteras, de forma casi instantánea, con el fin de estabilizar el conjunto. Y a diferencia del Giulia Quadrifoglio, en este caso se apuesta por un diferencial trasero Active Torque Vectoring de serie.

Con toda esta tecnología el Stelvio Quadrifoglio es capaz de alcanzar los 283 km/h de velocidad máxima, acelerar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos y presumir de un consumo medio homologado de 9,0 litros. Estas cifras son ligeramente más atractivas que las de su gran rival, el Mercedes-AMG GLC 63 S, que monta un V8 también de 510 CV, y supera a las versiones más potentes del Porsche Macan.

Además del motor buena parte de 'culpa' de su rendimiento y consumo la tiene una construcción ligera que le permite 'dar' un peso total de 1.830 kilos, el más liviano de su categoría. Para ello utiliza soluciones como la fibra de carbono en el eje de transmisión o el aluminio en el motor, las puertas, los pasos de rueda, el capó, las suspensiones o los frenos. Además, el perfecto reparto de pesos (50/50) entre los dos ejes es clave en la extraordinaria dinámica de este vehículo.

Modo RACE para circuitos

También los son elementos vitales en este sentido, como el Alfa Chassis Domain Control CDC, que controla electrónicamente el sistema Alfa Active Torque Vectoring, que a su vez vigila la distribución óptima de la tracción en las ruedas traseras; el Alfa Active Suspension, que controla la amortiguación variable, y el ESC. Además, el conocido asistente Alfa DNA Pro añade un modo de conducción RACE que desconecta totalmente la electrónica, con un claro enfoque hacia los circuitos y a las manos expertas. Este modo se añade a los conocidos Dynamic, Natural y Advanced Efficiency, este último el único que permite desconectar la bancada de cilindros. Como es lógico, también se ha trabajado sobre el mapa de la dirección, superdirecta y precisa, y se ha incrementado la eficacia de los frenos, que pueden ser carbocerámicos en opción.

Pero un 'pura sangre' no vive sólo de tecnología. También su diseño deportivo es vital para desmarcarse del resto, por estética y por razones aerodinámicas o de refrigeración. En este sentido el Stelvio Quadrifoglio presenta un aspecto más poderoso gracias a los nuevos paragolpes, las entradas de aire en el capó, los faldones y pasos de ruedas más musculosos, las dobles salidas de escape o las personales llantas de 20 pulgadas que monta de serie. Mide 4,70 metros de largo, 1,96 de ancho y 1,68 de alto.

El interior se remata con unos asientos deportivos rematados en cuero/Alcántara, paneles de las puertas terminados en cuero, un volante específico más pequeño y molduras en fibra de carbono en varias partes del habitáculo. Asimismo, se mejora la oferta en materia de infoentretenimiento. El Alfa Connect 3D NAV presenta una pantalla de 8,8 pulgadas de serie y resulta más fácil de usar desde el mando giratorio de la consola central. Este sistema es compatible con Apple CarPlay y Android Auto.

Tuvimos ocasión de probar la joya de la corona de Alfa Romeo en autopista, carretera y en circuito, por ese orden. Los primeros kilómetros los realizamos con los modos Natural y Advanced Efficiency activos y circulamos con total naturalidad y confort. Ya en carretera nos decantamos por el modo Dynamic y la cosa cambia. Todo resulta más inmediato, el propulsor ruge al pisar el acelerador y 'petardea' con una bella sinfonía que invita a no bajar el ritmo, y el cambio de marchas es supersónico. Apenas balancea, los adelantamientos son cosa de niños y la velocidad con la que asume las curvas es inconfensable.

Dinámica sobresaliente

El plato fuerte llega en el circuito. En el selectivo trazado de Ascari, con unidades de serie (sin frenos cerámicos) y en exigentes tandas de 20 minutos es donde pudimos comprobar el rendimiento y las 'maneras' de este modelo. Sorprende por su motricidad y su nobleza, mejor en este apartado que el Giulia Quadrifoglio (pero menos divertido), y la entrega de potencia y par es tan constante y lineal que permite afrontar giros sin dudar con la relación del cambio seleccionada. Un ejemplo: en giros cerrados que pedían 'segunda', los afrontamos finalmente en tercera; no pudimos medir el tiempo, pero la sensación es que no perdíamos eficacia de cara al crono. Sale como un mísil en cualquier caso.

A base de dirección y acelerador es más fácil de lo esperado 'jugar' y colocar el vehículo, más con la confianza que otorga una carrocería que apenas balancea. El propulsor sube de vueltas hasta acariciar las 7.000 rpm, no tuvimos que cruzar las manos en el volante en ningún giro y los frenos cumplieron pese al fuerte ritmo y el trato dado a las unidades. Eso sí, en los últimos giros comenzaron a desfallecer un tanto y los neumáticos cedieron algo de agarre, algo lógico por otra parte. En cualquier caso estamos ante el SUV más dinámico de su segmento, aunque se podría discutir si estamos ante un SUV o ante una 'berlina alta'.

Disfrutar del Alfa Stelvio Quadrifoglio cuesta 104.000 euros, un precio que puede parecer alto, pero que se justifica por su rendimiento, exclusividad y por una dotación de serie supercompleta. Lleva todo lo que se puede exigir a un modelo de estas caracterísicas en materia de confort, seguridad y conectividad, dejando en la carta de opciones los frenos carbocerámicos, unos asientos delanteros tipo bucket firmados por Sparco, un techo panorámico o un portón eléctrico como elementos más destacados.