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Conducimos el BMW Serie 1. Diseño e innovación

BMW ha dado una vuelta total a su Serie 1 con dos objetivos prioritarios: llegar a un público más joven además de que funcione mejor en el canal de empresa, y recuperar la deportividad perdida. Para ello parte de una nueva plataforma con arquitectura de tracción delantera que permite, entre otras cosas, aumentar notablemente el espacio interior. En este sentido el espacio para las piernas en las plazas traseras ha aumentado en 33 milímetros y la anchura se incrementa en 42 milímetros. Además, la capacidad del maletero sube hasta los 380 litros, 20 más que en el modelo comercializado hasta ahora. Adicionalmente, las puertas traseras son más grandes para mejorar el acceso al interior. El coche es ahora más alto y más ancho aunque conserva la longitud. Y ya no habrá versiones de 3 puertas.

El salpicadero se ha rediseñado por completo aunque mantiene la calidad. El botón de arranque se traslada a la consola central junto a la palanca de cambios y se añaden equipamientos que hasta ahora no se contemplaban. Es el caso del Head up display, el control gestual, el asistente personal, las llantas de aleación de hasta 19 pulgadas, el techo panorámico, el portón trasero eléctrico, el asistente de marcha atrás, la Digital Key, que permite abrir el coche y arrancarlo con el móvil, o los faros Full LED de serie en toda la gama. Sin embargo las levas de cambio en el volante siguen siendo opcionales por un precio que ronda los 200 euros, aunque es verdad que esta opción no se limita a colocar esas palancas, si no que se añaden cambios en la centralita y se mejora la rapidez.

Motor16

Para todos los gustos

Al principio de su comercialización, que será inmediata, la gama mecánica está formada por dos motores de gasolina y tres diésel. Entre los primeros encontramos un 118i de 3 cilindros con 140 CV y el M135i xDrive de 4 cilindros y 306 CV. Mientras que en diésel la oferta comienza en un 116d de 3 cilindros y 116 CV, continúa con un 118d de 150 CV y finaliza con el 120d xDrive de 190 CV, estos dos últimos con 4 cilindros. El consumo más bajo lo ha homologado el 116d con una cifra de 3,8 l/100 km.

Conducimos el 118d de 150 CV y lo primero que nos llama la atención es su buena insonorización, lo desahogado del interior y la calidad que destila cada rincón del coche. Pero también la firmeza de una suspensión cuyos tarados se han modificado con dos objetivos: recuperar la deportividad que se había perdido en la anterior generación, y compensar el tacto de la nueva arquitectura de tracción delantera. El resultado es muy bueno si nos fijamos en el comportamiento, el aplomo y la dinámica del nuevo modelo, pero no tan bueno si tenemos que valorar la comodidad ya que incluso por autopista, a nada que el asfalto esté ligeramente rizado o poco uniforme, los pasajeros van a notar excesiva firmeza y sequedad en la respuesta. Sensación que se multiplica en vías de segundo orden. Por eso sería recomendable solicitar como extra la suspensión Adaptive, con amortiguación variable VDC (Variable Damper Control), que permite al conductor elegir entre el modo Comfort, que aumenta el confort sobre superficies irregulares, o el modo Sport para una respuesta más deportiva. El motor diésel de 150 CV, que junto al resto de propulsores diésel ha recibido importantes actualizaciones en el turbocompresor y sistema de inyección directa Common Rail, reduce su consumo alrededor del cinco por ciento y da gusto su empuje asociado al cambio Steptronic de 8 velocidades.

El nuevo Serie 1 está disponible con la configuración de equipamiento de serie, a la que se le puede añadir tres líneas de equipamiento: Advantage, Sport Line y M Sport. Y los precios parten de los 28.800 euros en gasolina y de los 29.150 euros en diésel.