Citroën,como todas las marcas, se han embarcado en la búsqueda de combustibles alternativos a la gasolina o el gasóleo. Combustibles que ofrezcan menos emisiones sin perder ni agrado de conducción ni prestaciones. Y en esa búsqueda, cada vez hay más fabricantes que ponen sus ojos en el gas. Citroën ya dispone en su gama de un modelo de GLP (Gas Licuado de Petróleo), el C-Elysee, un sedán que con este tipo de combustible está más que indicado para el transporte de viajeros.
El GLP supone una clara alternativa a los modelos más ecológicos pues cuenta con la etiqueta 'ECO' de la DGT, lo que le permite circular por el centro de las ciudades incluso en los episodios de contaminación y también disfrutar de algunas bonificaciones o de poder aparcar sin coste en las zonas de estacionamiento regulado de las grandes ciudades. Pero además de 'ahorro ecológico', hay ahorro monetario, pues el precio de este carburante es entre un 40 y un 50 por ciento menor que el de la gasolina. Resultado: un rebaja de los costes de uso de entre un 30 y un 40 por ciento respecto a un modelo equivalente pero solo en gasolina. Popularizar este tipo de motores no parece, por tanto, excesivamente complicado.
Mantiene los rasgos del C3
Y para ello, en la marca francesa han decidido añadir esta tecnología a su modelo de más éxito, el C3. Y lo hace, sin que el utilitario frances pierda ninguna de las señas de identidad que lo han llevado a ser uno de los favoritos del segmento. Su diseño, su capacidad de personalización, su conectividad o su avanzada tecnología se mantienen en esta versión ECO, pues se ha realizado sobre el nivel de acabado Feel, el más demandado por los clientes. Un acabado que cuenta con un nivel muy completo de equipamiento y en el que se pueden incorporar a través del Pack Feel dispositivos como la Connected Cam de Citroën, climatizador automático, pantalla táctil de 7 pulgadas o Mirror Screen.
No hablamos, por tanto, solo de un Citroën C3 ahorrador, sino de un modelo absolutamente equipado y puesto al día. Lo mismo que está puesto al día en cuanto a apartados técnicos, porque para adaptarlo al GLP se ha elegido la versión con el motor tricilíndrico 1.2 PureTech de 82 caballos, al que se ha incorporado una culata específica y se le han reforzado las válvulas para adaptarlas al funcionamiento con GLP. No hay muchas más adaptaciones, salvo el depósito de gas, que va ubicado en el lugar de la rueda de repuesto, con lo que no se pierde capacidad de maletero. Y el repostaje se realiza a través de una válvula de seguridad situada junto al tapón de la gasolina.
Pero lo que realmente nos interesa es saber si la solución del GLP es interesante, no solo por consumo o emisiones sino también por rendimiento o agrado de conducción. Y eso es lo que hemos podido comprobar en un recorrido por Madrid y alrededores. Al arrancar, el coche lo hace con el motor de gasolina y en cuanto se dan las condiciones de temperatura del GLP o del motor, pasa a utilizar gas. Hay una tecla, junto al mando de las luces, que permite cambiar en cualquier momento el tipo de combustible utilizado, con lo cual, es el conductor el que decide qué consume en cada momento.
Respuesta y empuje convincentes
Nos ponemos en marcha y no notamos diferencia, ni en la respuesta ni en el empuje. El motor tricilíndrico ofrece la misma suavidad movido por gasolina o por gas. Es cierto que cuando cambias al uso con gasolina parece que tenga un poco más de brío; pero habría que confirmarlo con las mediciones de nuestro correvit… Y así lo haremos en su momento.
El sistema, además, está pensado para que ante el máximo requerimiento de potencia -a partir de unas 4.500 revoluciones- entre en juego automáticamente el motor de gasolina para responder a esa demanda. Lo hemos probado y así ha sido. No hay cambios ni en comportamiento de suspensiones, dirección o frenos. Y el C3 muestra las mismas virtudes que sus 'hermanos convencionales' durante nuestro recorrido. Y añade una virtud que hemos comprobado durante el recorrido: el consumo. Conseguimos, sin grandes esfuerzos, un gasto de 6,7 l/100 km de gas (la marca homologa un gasto de 6,3 l/100 km). Un gasto ajustado y además de un combustible que ronda los 0,622 euros por litro.
No parece, por tanto, descabellado plantearse este Citroën C3 ECO como alternativa a los convencionales. Los 1.500 euros de diferencia no son, en absoluto una cantidad excesiva, pues ese 30-40 por ciento de ahorros permitirán una amortización en un plazo de kilómetros razonable. Además, el sistema, que tiene un mantenimiento específico no supone un coste disparatado, pues hay que pasar una revisión de dicho sistema cada 25.000 kilómetros en el que se cambian las bujías (18 euros) y el filtro de gas (50 euros). El resto son ventajas. El precio de este Citroën C3 ECO con acabado Feel es de 15.000 euros, ya incluido un descuento por campaña de 1.200 euros y a lo que se le podría descontar la entrega de un coche o alguna campaña de financiación.