El mundo del motor vive un cambio de paradigma. La subida constante de precios de los coches nuevos, la presión de las normativas medioambientales y el encarecimiento del mantenimiento han empujado a muchos conductores a buscar alternativas más asequibles. Entre ellas, hay una que ha pasado de ser una opción poco conocida a convertirse en un fenómeno en auge: los coches reacondicionados.
Estos vehículos, revisados y puestos a punto por profesionales, ofrecen una calidad cercana a la de un coche nuevo, pero con un precio mucho más bajo y la tranquilidad de una garantía. Su irrupción está cambiando la manera en que entendemos el mercado, y podría poner en aprietos tanto a los coches nuevos como a los de segunda mano tradicionales.
2Qué distingue a un coche reacondicionado

Un coche reacondicionado no es simplemente un coche usado bien cuidado. La clave está en el proceso de inspección y reparación al que se somete. Empresas especializadas, como Clicars, aplican protocolos que incluyen más de 300 puntos de control, pruebas electrónicas y dinámicas, y ajustes mecánicos y cosméticos para garantizar que el vehículo se entrega en condiciones prácticamente impecables.
Además, cada unidad cuenta con un historial de mantenimiento verificado y una garantía posventa, lo que genera una confianza muy superior a la que suele ofrecer una compra de segunda mano entre particulares. Esto sitúa al coche reacondicionado en un punto intermedio —pero muy competitivo— entre lo nuevo y lo usado.