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Los coches más icónicos que ha tenido la Guardia Civil

La presencia de vehículos de la Guardia Civil es una marca reconocida en el territorio español. Desde la introducción de los automóviles en España a principios del siglo XX, los coches de la Guardia Civil han estado representando al Estado en las variantes estéticas de la corporación. Desde el auténtico Ford T de 1912, hasta el actual Seat León, pasando por el Mercedes 220 de 1952. Estos vehículos han sido esenciales para el cumplimiento de la misión institucional de la policía.

A lo largo de los años, la selección de vehículos de la Guardia Civil ha demostrado una particular preferencia por el diseño de los automóviles. Esto permite a los ciudadanos identificar y sentirse tranquilos y seguros al ver patrullar los vehículos policiales por las calles y carreteras de toda España. Esta preferencia marca una división entre los vehículos comerciales y los de uso policial, que a pesar de usar los mismos nombres, tienen diferentes configuraciones. De hecho, la selección de vehículos no se ha estancado a lo largo de los años y, aunque la meta sigue siendo la misma, los vehículos de la Guardia Civil se renuevan según sea necesario para seguir cumpliendo con los requisitos de la policía y los gustos de los ciudadanos.

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El Talbot WPT de 1942

El Talbot WPT fue desarrollado por el fabricante italiano en 1937 para el mercado mundial. El vehículo fue lanzado con un motor de 6 cilindros con una caja de cuatro velocidades. A pesar de su gran tamaño, su rendimiento era muy estable en carreteras y carreteras secundarias, lo que lo hace perfecto para el servicio de policía.

La particularidad del Talbot WPT es que su habitáculo es cerrado y completamente acoplado. Esto significa que el vehículo no mostraba ningún signo de reconocimiento a la policía hasta que se acercan y bajan, momento en el cual los policías explican que están de servicio.

Fue utilizado gracias a su motor potente, así como por sus partes mecánicas y su evolución en la comodidad. Esta fue su principal virtud, ya que a pesar de su tamaño y peso, el Talbot WPT ofrecía una conducción cómoda para los oficiales.