La presencia de vehículos de la Guardia Civil es una marca reconocida en el territorio español. Desde la introducción de los automóviles en España a principios del siglo XX, los coches de la Guardia Civil han estado representando al Estado en las variantes estéticas de la corporación. Desde el auténtico Ford T de 1912, hasta el actual Seat León, pasando por el Mercedes 220 de 1952. Estos vehículos han sido esenciales para el cumplimiento de la misión institucional de la policía.
A lo largo de los años, la selección de vehículos de la Guardia Civil ha demostrado una particular preferencia por el diseño de los automóviles. Esto permite a los ciudadanos identificar y sentirse tranquilos y seguros al ver patrullar los vehículos policiales por las calles y carreteras de toda España. Esta preferencia marca una división entre los vehículos comerciales y los de uso policial, que a pesar de usar los mismos nombres, tienen diferentes configuraciones. De hecho, la selección de vehículos no se ha estancado a lo largo de los años y, aunque la meta sigue siendo la misma, los vehículos de la Guardia Civil se renuevan según sea necesario para seguir cumpliendo con los requisitos de la policía y los gustos de los ciudadanos.
1El Ford T de 1912
El motor de Ford T fue el primero en llegar a la Guardia Civil española. El extenso cabriolé con estilo en forma de Vfue uno de los primeros vehículos producidos en la historia de España. Fue diseñado para el servicio policial y contaba con todos los requisitos necesarios.
El Ford T fue diseñado con un motor de 4 cilindros y una caja de cambios de 4 marchas. Con este vehículo, los policías españoles podían recorrer largas distancias en poco tiempo, además de contar con los elementos estéticos necesarios para ser identificados como la policía del Estado español.
El Ford T también fue utilizado por la Fuerza Aérea española durante los años de la Guerra Civil, lo que demuestra su versatilidad. Este vehículo fue un interesante punto de partida para la tecnología policial española.