El auge imparable de los fabricantes de automóviles chinos en el mercado europeo ha suscitado preocupación entre las autoridades de la Unión Europea (UE). El desembarco de coches eléctricos low cost procedentes de China ha desafiado los estándares medioambientales y de seguridad establecidos en Europa, generando un debate sobre la equidad en el comercio internacional y la protección de la industria local.
La UE, tradicionalmente conocida por sus estrictas regulaciones en materia de emisiones y seguridad automotriz, se enfrenta ahora al fenómeno imparable de los vehículos eléctricos chinos de nueva generación. Estos automóviles, respaldados por décadas de inversión en tecnología eléctrica por parte del gobierno chino, representan una amenaza para la industria automotriz europea, que ha sido históricamente dominante en el mercado global.
1Investigación por subsidios… un tanto injustos
En respuesta a esta creciente competencia, la UE inició una investigación en octubre del año pasado para determinar si los fabricantes de coches eléctricos chinos se han beneficiado de subsidios injustos por parte del gobierno de Pekín. Esta investigación, que se espera que concluya en noviembre, podría resultar en la imposición de aranceles provisionales a partir de julio, como medida para contrarrestar la presunta competencia desleal.
La Comisión Europea ha anunciado recientemente que cuenta con pruebas suficientes para respaldar las acusaciones de subsidios a la industria automotriz china. En los próximos días, llevará a cabo un registro aduanero para recabar más información y determinar la gravedad de la situación.