Los coches son parte fundamental en la actividad de cualquier empresario, para facilitar a sus empleados la ejecución de sus obligaciones.
Para el tejido empresarial la deducción de gastos, aprovechando las leyes impositivas actuales, supone un replanteamiento en la forma de administrar los medios de transporte para sus trabajadores.
El cambio en la fiscalidad propicia que empresas como BIPI, sean una alternativa real en la forma de alcanzar los medios de transporte, con mayor efectividad contable y administrativa.
1La preocupación fiscal del problema
Lo que realmente trae de cabeza a los emprendedores son los gastos deducibles, dependiendo claro de la actividad relacionada, que varían con cada legislatura. A expensas de conocer lo que sucederá en las próximas semanas en la Cámara Baja y quién será el próximo representante del Ejecutivo español, los autónomos ya han experimentado cambios en una de esas deducciones más preciadas: el automóvil.
Hasta ahora, la compra de un vehículo y los gastos derivados, como la gasolina e incluso reparaciones, podían ser susceptible de sufrir reducciones fiscales de cara a las declaraciones trimestrales y anuales.
Esta situación, puede dar lugar a algunas compañías a plantearse la necesidad y el uso real de estos vehículos en su empresa, y posibles alternativas que puedan adaptarse más a sus necesidades, como por ejemplo contar con una flota a través de un servicio de suscripción.