¿Crees que tienes el coche impecable porque lo lavas y aspiras a menudo? Pues, posiblemente, te equivocas. El interior de tu coche acumula más bacterias que el inodoro de una casa cualquiera. Lo dice un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aston (Reino Unido), que han analizado automóviles de propietarios con hábitos diferentes y los niveles de contaminación bacteriana que hay dentro de ellos.
El estudio, encabezado por Jonathan Cox, profesor titular de microbiología en la citada universidad, y encargado por Scrap Car Comparison, ha revelado que nuestros coches tienen niveles significativamente más altos de gérmenes que un inodoro promedio. Lo más sorprendente es que todos los automóviles estudiados contenían bacterias fecales, sobre todo en el maletero (aunque también en el asiento del conductor), un resultado nada agradable, ya que es el lugar en el que la mayoría solemos transportar los alimentos cuando vamos a hacer la compra.
Maletero, asientos, volante…
Por cada vehículo analizado se tomaron muestras en seis ubicaciones clave del interior. Solo en el maletero se identificaron 1.425 bacterias, 649 en el asiento del conductor, 407 en la palanca de cambios, 323 en los asientos traseros, 317 en el salpicadero y, curiosamente, solo 146 en el volante.
Los responsables del estudio explican que el hecho de que en el volante aparezcan menos bacterias podría deberse a que las superficies de contacto habituales del automóvil son ahora las que más desinfectamos con gel hidroalcohólico u otros productos debido a la pandemia de coronavirus.
Para realizar la comparativa del estudio, los investigadores tomaron muestras de dos baños domésticos que no se habían limpiado después de haber sido utilizados en las 24 horas anteriores. Respecto a los vehículos, se incluyeron en el estudio coches de todas las edades, desde 17 hasta 2 años de antigüedad, y los resultados muestran que, a mayor edad, más bacterias hay en el coche. El informe concluye con un resultado demoledor: cada automóvil testado contenía una carga bacteriana «significativamente más alta que cada uno de los inodoros muestreados».
Coches antiguos y bacterias
En concreto, los investigadores tomaron muestras en un Peugeot 307 familiar de 17 años, comprado de segunda mano y propiedad de una familia que tiene animales y los transporta en el coche. El segundo coche testado fue un Volkswagen Golf de 5 años, que pertenece a una familia que tiene niños y mascotas y que había sido comprado de tercera mano, es decir, que anteriormente había tenido otros dos dueños.
El tercer automóvil del análisis fue un Ford Focus de 13 años comprado de segunda mano y también propiedad de una familia con niños y animales de compañía. El cuarto modelo fue un Honda Jazz de 9 años, también comprado de tercera mano y con dueños con niños y animales. Por último, se testó un Peugeot 308 de 2 años comprado de segunda mano.
Entre las bacterias, los investigadores identificaron E. coli (bacteria fecal que puede causar intoxicación alimentaria, diarrea, etc.), Pseudomonas (se encuentra en muchos lugares como suelo, agua, piel, etc.), Bacillus (se encuentran en el tracto gastrointestinal de humanos y animales rumiantes y no representa una amenaza para los humanos), Estafilococo (está en el tracto respiratorio superior, principalmente en la nariz y se asocia con tos y estornudos) y Rhodotorula (levadura ambiental, que se encuentra en suelo, agua, leche, jugo de frutas, etc.).
Limpiar por dentro y por fuera
Viendo todo esto ¿debemos preocuparnos cada vez que nos subamos al coche, sobre todo si este es antiguo? Los investigadores concluyen que no hay que ser alarmistas y que «solo debemos tener en cuenta que no toda la suciedad es visible». Pero también indican que deberíamos hacer un esfuerzo mayor por mantener limpios por dentro nuestros automóviles tal como lo hacemos por fuera. «Si vemos una salpicadura de barro en la carrocería, probablemente conduciremos hasta el lavado de coches más cercano, pero no vemos que las bacterias se acumulan en nuestros vehículos y deberíamos limpiar el interior tanto como el exterior», explican.
La conclusión es que nadie enfermará por las bacterias que se encuentran en su automóvil, ya que «es poco probable que comamos alimentos en el maletero de nuestro coche, pero a menudo sí consumimos comida en el asiento del conductor. Lavarnos las manos antes de comer en ese entorno es una buena idea y saber dónde pueden residir los microorganismos puede ayudarnos a pensar más en nuestros hábitos cuando conducimos», concluyen. Igual es el momento de replantearse acciones como recoger y comer esa patata frita que se nos ha caído al suelo del coche…