Llega el verano, y con él, las temperaturas extremas que pueden hacer de tu coche una auténtica sauna sobre ruedas. Si vives en una ciudad calurosa como Sevilla, y más concretamente si alguna vez has dejado tu vehículo al sol en plena calle Betis a las tres de la tarde, sabrás que los efectos del calor no son ninguna broma. Más allá del incómodo volante ardiendo o el asiento que quema, las altas temperaturas pueden provocar averías serias en distintos componentes del coche.
Pero no te preocupes, aquí tienes siete consejos clave para que tu vehículo no acabe frito como un huevo en el capó.
3Arranca el coche con frecuencia si no lo usas a diario

Dejar el coche parado durante largos periodos en pleno verano es una receta para el desastre. La batería puede descargarse, los líquidos evaporarse y los neumáticos deformarse. Aunque no lo vayas a utilizar diariamente, es recomendable encenderlo cada pocos días y moverlo un poco.
Este simple hábito ayuda a mantener la batería cargada, a que los líquidos internos no se estanquen y a prevenir que los neumáticos sufran ovalizaciones o pérdidas de presión por el calor acumulado en el asfalto.