Durante años, quien soñaba con tener un coche clásico en perfectas condiciones debía enfrentarse al reto de buscar piezas imposibles en desguaces, recorrer ferias de repuestos y confiar en la suerte para encontrar carrocerías sin oxidar. Restaurar un vehículo histórico era un proyecto de amor y paciencia, cuyo coste muchas veces superaba con creces el valor de mercado del coche.
Pero los tiempos han cambiado y, con ellos, la manera de entender la pasión por los coches de época. Hoy ya no hace falta buscar por talleres de medio mundo ni pasar años detrás de una pieza original. Ahora, una empresa china promete hacer realidad el sueño de volver a conducir un clásico con solo un clic en su página web.
2La polémica de las réplicas
No todo el mundo está encantado con esta tendencia. Los puristas del automóvil clásico defienden que un vehículo histórico no solo es metal y tornillos: es autenticidad, es la huella de cada año vivido en su chapa original. Para ellos, un chasis fabricado en 2025 nunca podrá tener el mismo valor que uno nacido en 1973. Y es cierto: la historia, el desgaste y la pátina son parte de la magia de un clásico.
Sin embargo, hay otra cara de la moneda. Muchos aficionados no tienen ni el tiempo ni los recursos para rescatar un coche oxidado del abandono, pero sí sueñan con sentir la experiencia de conducirlo. Para ese público, Carbody ofrece una alternativa realista: no es ‘el original’, pero es una puerta de entrada para vivir la emoción sin hipotecar la vida en restauraciones imposibles.
