Los coches envejecen, y con ellos, también se incrementan los riesgos asociados a su uso. España cerró el año 2024 con un parque automovilístico cuya edad media supera los 15 años, situándose muy por encima de la media europea, que ronda los 12,5 años. Esta diferencia, lejos de ser anecdótica, plantea serias preocupaciones en materia de seguridad vial y medioambiente, ya que los vehículos más antiguos son estadísticamente más propensos a sufrir averías, a contaminar más y, sobre todo, a verse implicados en siniestros con consecuencias graves.
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) compartidos con la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), a partir del quinto o sexto año de vida de un vehículo, el riesgo de implicación en accidentes con víctimas mortales se dispara. No se trata solo del paso del tiempo: el problema viene acompañado de una menor probabilidad de pasar la ITV, de un mantenimiento deficiente y del uso continuado sin adaptaciones técnicas que compensen el desgaste.
2La importancia de tener la ITV en regla
Uno de los indicadores más claros del estado de salud de un coche es la ITV. Cuanto más viejo es el vehículo, mayor es la probabilidad de circular con la inspección caducada o desfavorable. La DGT ha detectado una alarmante tendencia: los coches más antiguos tienen muchas más posibilidades de estar implicados en accidentes graves, y en un alto porcentaje de estos casos, no habían pasado la ITV recientemente.
Este fenómeno se observa de forma especialmente preocupante en vehículos industriales como camiones y furgonetas, que no solo presentan una edad más avanzada, sino que también están más expuestos por el uso intensivo que se les da. Entre 2017 y 2022, los camiones de más de 10 años sin ITV implicados en accidentes mortales aumentaron un 78 %. Es decir, no se trata solo de envejecer: es envejecer mal.
