El verano está a punto de llegar a su fin, y tú no eres el único que tiene que adaptarse a los cambios. Aunque no lo creas, tu coche también nota los cambios de estación y te pide que lo prepares a conciencia para el otoño. Después de tres meses de calor, de algún que otro viaje largo, de la sal de la playa, la humedad y el polvo de las carreteras rurales, te lo va a agradecer.
En realidad, cada época del año tiene sus propias exigencias y afecta a tu coche de una manera. Por ejemplo, el calor intenso, utilizar muy a menudo el aire acondicionado, los viajes con el coche muy cargado o los neumáticos expuestos a un asfalto abrasivo aceleran el desgaste de algunas piezas y elementos de seguridad importantes.
En otoño, por otro lado, aumenta la humedad en comparación al verano. Si vives en una ciudad costera no lo notarás tanto, pero en lugares de interior sí que suben considerablemente los niveles por el frío y la lluvia. Y tu coche va a tener que soportar lluvia, frío, nieve y hasta heladas.
Por eso, a continuación te contamos cómo puedes preparar tu coche de cara al otoño. Primero, por una cuestión estética, pero sobre todo por seguridad, fiabilidad y por ahorrarte unos cuantos miles de euros en una avería.
Así afecta el otoño a tu coche

Absolutamente todos los cambios estacionales afectan al rendimiento de cualquier vehículo, aunque algunos son más perjudiciales que otro. Uno de los elementos más críticos son los neumáticos. Ten en cuenta que han pasado 3 meses de calor extremo, así que quizá el dibujo está más desgastado que antes o no tienen la presión adecuada. Y esto es un peligro en asfaltos mojados o resbaladizos. Por tanto, deberías:
- Comprobar la presión y ajustarla a lo que recomiende el fabricante.
- Revisar el dibujo.
- Cambiarlos si es necesario antes de que lleguen las primeras lluvias.
Otro aspecto son las escobillas del limpiaparabrisas. Los meses de otoño suelen ser lluviosos, así que no querrás que no limpien bien o que afecten a tu visibilidad durante una tormenta. Por tanto, si presentan cualquier mínimo signo de desgaste, lo mejor es que las cambies.
Y cuidado también con estos elementos:
- El sistema de iluminación también sufre con el otoño, porque los días son más cortos y hay más horas de conducción sin luz natural. Revisa las bombillas, regulación de faros y el estado de los intermitentes para conducir seguro y evitar multas.
- Cuidado con la batería. Es un elemento muy sensible a los cambios de temperatura, así que si ya estaba tocada, el otoño puede terminar de estropearla. Revísala y si es necesario, cámbiala, porque evitarás que cualquier mañana no te arranque al ir a trabajar.
Otros consejos para poner tu coche a punto

Si tienes coche, deberías hacer una revisión anual completa con su correspondiente mantenimiento para cambiar aceite y filtros. De todas formas, nunca está de más que revises algunos elementos antes de un cambio de estación, sobre todo al pasar del buen tiempo al frío, y a la inversa.
- Revisa los líquidos, como aceite, refrigerante, líquido de frenos y del limpiaparabrisas, porque suelen bajar después del verano. Mantenlos siempre en los niveles correctos para que todos los sistemas del coche funcionen perfectamente. Además, alargarás la vida útil del motor y de todos sus componentes.
- Comprueba el climatizador y la calefacción. Llevas meses sin encenderla, así que es bueno que hagas pequeñas pruebas antes de que llegue el frio de golpe. De hecho, evitar encender la calefacción a máxima potencia desde el principio y utilizarla de forma progresiva ayuda a mantener el sistema en buen estado durante más tiempo.
- Limpieza interior y exterior. Es imprescindible para quitar los restos de salitre, de arena, barro o polvo acumulado durante el verano y que acelera la corrosión de la carrocería o afecta a elementos mecánicos.
- Ojo con dónde aparcas. Evita dejar el coche debajo de árboles por el riesgo de caída de ramas, resina o acumulación de hojas en zonas como la ventilación o los drenajes. Y si puedes aparcar en un garaje privado o comunitario, mucho mejor.