El Mercedes-Benz Clase G, conocido por su apariencia robusta y su rendimiento duradero, ha sido un ícono de la resistencia durante más de cuatro décadas. Desde su debut en 1979, este vehículo ha evolucionado de ser un 4×4 de grado militar a un lujoso vehículo de transporte, ganando admiradores entre aquellos que buscan una combinación de estilo y fuerza. A pesar de su evolución, una pregunta persiste: ¿cómo se desempeña la versión totalmente nueva en las pruebas de choque de la Euro NCAP?
El modelo de primera generación del Clase G obtuvo la tecnología de seguridad de Stuttgart bastante tarde, en la década de 1990, cuando se transformó para incluir características más lujosas, como una versión convertible. Sin embargo, su construcción original, con un alto centro de gravedad y un diseño masivo, planteaba desafíos en términos de seguridad y maniobrabilidad. El antiguo, con nombre en código W463, tenía una gran masa y mucho metal en sus costados, lo que lo hacía resistente pero complicado de manejar en ciertas situaciones.
¿Cómo le fue en las pruebas del Euro NCAP al Clase G?
El nuevo Clase G, que debutó el año pasado, ha sido diseñado desde el principio con la última tecnología de seguridad en mente, marcando una diferencia significativa respecto a su predecesor. En las pruebas de Euro NCAP, el modelo 2019 logró cinco estrellas perfectas en cada una de las cuatro áreas de evaluación: protección de ocupantes adultos, protección de ocupantes infantiles, protección de peatones y funciones de asistencia de seguridad. Este esquema de calificación, introducido en 2009, proporciona una visión integral del desempeño de un vehículo en diversas situaciones de impacto.
Una de las pruebas más reveladoras fue la prueba de impacto lateral contra un poste de luz. En esta prueba, una plataforma desliza el vehículo contra un poste de metal fijo para simular colisiones con postes de luz durante un deslizamiento. Esta evaluación es crucial para entender el comportamiento del vehículo en situaciones de impacto lateral y su capacidad para proteger a los ocupantes en escenarios críticos. El nuevo Clase G demostró una notable capacidad para absorber el impacto y minimizar los daños a los ocupantes.
Otras pruebas a la que fue sometido el Clase G

Además de las pruebas de impacto convencionales, Euro NCAP también evaluó las capacidades preventivas de este modelo. El vehículo fue sometido a situaciones donde debía evitar automáticamente impactos con coches inflables, peatones y ciclistas, incluidos peatones simulados que salían corriendo de detrás de coches aparcados. Estas pruebas resaltan la importancia de las funciones de asistencia de seguridad, demostrando que el mejor rendimiento en una prueba de choque es aquel que puede evitarse por completo.
También se probó otros modelos, como el SEAT Tarraco y el Honda CR-V, y todos obtuvieron calificaciones de cinco estrellas. Sin embargo, el desempeño del Mercedes Clase G en estas pruebas es particularmente impresionante dado su legado como un vehículo todoterreno resistente. Estas evaluaciones muestran que modelo de la marca alemana ha avanzado significativamente en términos de seguridad, incorporando tecnología de punta que lo hace tan seguro como irrompible.