comscore
sábado, 19 julio 2025

El Citroën GS cumple 55 años: la revolución silenciosa que cambió el confort en carretera

En el efervescente escenario del Salón de París de 1970, Citroën presentó un automóvil que, sin hacer demasiado ruido, terminaría dejando una profunda huella en la historia del automóvil europeo. Se trataba del Citroën GS, un modelo que condensaba la audacia tecnológica y el espíritu innovador de la marca francesa en un formato accesible para el gran público. Lo que en un principio parecía una berlina discreta, terminó convirtiéndose en un icono del confort y el diseño automovilístico de su época.

Publicidad

Diseñado por el visionario Robert Opron —también responsable de joyas como el Citroën SM y el CX (aquí su 50 aniversario)—, el GS sorprendió por una estética que rompía moldes. Su silueta aerodinámica, de líneas suaves y fluidas, no tenía equivalente en el mercado. Lejos del diseño sobrio de las berlinas de los años 70, el GS adoptaba elementos propios de los coupés, sin renunciar a la practicidad de un coche familiar. Esta fusión de estilos fue uno de los primeros signos del enfoque revolucionario de Citroën, siempre un paso por delante en el terreno del diseño.

Democratizar la suspensión hidroneumática

Citroën GS
Foto

Pero si el Citroën GS brillaba por fuera, su mayor tesoro se escondía bajo la carrocería. Fue uno de los primeros modelos en democratizar la suspensión hidroneumática, una innovación que ya había marcado al DS pero que hasta entonces no había llegado a los segmentos más populares. Gracias a este sistema, el GS ofrecía un nivel de confort comparable al de modelos de lujo.

En sus campañas publicitarias, Citroën llegó a mostrar cómo podía atravesar caminos accidentados sin perturbar el ensayo de un cuarteto de cuerdas o sin que se movieran las cenizas de un puro en el habitáculo. No era solo marketing: era una experiencia de conducción incomparable.

Interior revolucionario

Este compromiso con el confort también se reflejaba en su interior. El salpicadero, diseñado por Michel Harmand, se alejaba de los convencionalismos con un planteamiento casi escultórico. El velocímetro en forma de lupa, los mandos ergonómicos y la presentación intuitiva de la información fueron pensados para mejorar no solo la estética, sino también la seguridad y la experiencia del conductor. Medio siglo antes de que la digitalización se convirtiera en norma, Citroën ya pensaba en pantallas intuitivas y mandos al alcance de la mano.

El éxito no tardó en llegar. En 1971, apenas un año después de su lanzamiento, el Citroën GS fue elegido Coche del Año en Europa. Entre 1975 y 1978, fue el automóvil más vendido en Francia, con picos de producción que superaban las 200.000 unidades anuales. En total, entre 1970 y 1986, se fabricaron más de 2,4 millones de ejemplares, incluidos los GSA, su evolución natural. De ellos, casi 154.000 salieron de la planta gallega de Vigo, que se convirtió en un punto estratégico para la marca en España.

Varias versiones en el mercado

Citroën GS Break
Foto: Citroën.

El Citroën GS también fue pionero en ofrecer una versión familiar (break), presentada en 1972, y en adoptar el portón trasero en su transición al GSA en los años 80, una solución que acabaría extendiéndose al resto de la gama Citroën. Pero no todo fue tradición: también hubo espacio para la audacia técnica.

Publicidad

El GS Birotor, lanzado en 1974, fue uno de los escasos vehículos de producción equipados con un motor rotativo Wankel, una mecánica silenciosa y sin vibraciones, aunque sedienta de combustible. Su elevada potencia de 107 CV y una velocidad máxima de 175 km/h eran impresionantes para la época, pero la crisis del petróleo sentenció su corta vida comercial.

Citroën GS
Foto: Citroën.

El legado del Citroën GS va más allá de sus cifras de ventas o sus premios. Representó un punto de inflexión en la filosofía de la marca francesa: hacer accesible la tecnología más avanzada a una clientela amplia, sin sacrificar diseño ni confort. Su impacto aún se siente en los modelos actuales de Citroën, que siguen apostando por la innovación y la comodidad como señas de identidad.

Publicidad

Cinco décadas después, el Citroën GS es recordado no solo como un automóvil adelantado a su tiempo, sino como el vehículo que democratizó la idea de que conducir podía ser, también, una forma de viajar sobre una alfombra mágica. Un clásico que sigue inspirando.

Publicidad