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Cinco provincias tienen las carreteras convencionales más peligrosas

Las carreteras secundarias acumulan en la última década el 75% de los fallecidos, multiplicando por 3 el número de muertes en autopistas y autovías. Un porcentaje que se repetirá este año a pesar de que durante el confinamiento los fallecidos en accidentes se han reducido un 69%. Esta es una de las conclusiones a las que llega un estudio de la Fundación Línea Directa realizado en colaboración con Centro Zaragoza, que analiza la siniestralidad de las carreteras convencionales en nuestro país entre 2009 y 2018.

El estudio 'Carreteras convencionales: el agujero negro de la seguridad vial' también concluye que, en conjunto, el número de fallecidos se verá reducido en un 27% este año en estas carreteras secundarias pasando de 600 muertos frente a los 800 del año anterior.

Comunidades y provincias

Según este informe,Cataluña ocupa el primer puesto en cifra de fallecidos en carretera convencional (17%), seguida de Andalucía (13%). En el lado contrario estarían Euskadi (0,7%) y Cantabria (1%) como las regiones con menos muertes en estas carreteras. Por otro lado, Cataluña (0,48) y la Comunidad de Madrid (0,45), son las regiones con más accidentes por kilómetro, muy por encima de la media nacional, que está en el 0,23. En el lado opuesto se encuentran Castilla-La Mancha (0,03), Navarra, Extremadura y Aragón (0,06).

Las provincias de Alicante, Valencia, Granada, Vizcaya y Pontevedra tienen los tramos con mayor concentración de accidentes en vías secundarias atendiendo a los datos de 2018. En concreto, los cinco tramos más peligrosos serían el del km 5 al 8 de la CV-821, en Alicante; el tramo del km 1 al 4 de la CV-670, en Valencia; el tramo del km 2 a 5 de la GR-3304, en Granada; el tramo del km 104 al 107 de la PO-311, de Pontevedra; y hasta cinco puntos negros repartidos por la N-634, entre Guipúzcoa y Vizcaya.

10.500 fallecidos

En la última década, las carreteras convencionales han sido escenario de 7 de cada 10 fallecimientos en accidentes ocurridos en vías interurbanas, con un total de 10.500 muertos. Esto supone que estas vías multiplican por 1,5 el índice de letalidad de las autovías y autopistas (2,8 fallecidos por cada 100 víctimas, frente a 1,8), aun teniendo en cuenta que las carreteras convencionales tienen limitada la velocidad a 90 km/h como máximo. El número de heridos graves también es más elevado en carreteras secundarias y representan un 72% del total registrado en vías interurbanas.

Por tipo de accidente, el informe concluye que los ocurridos en carreteras convencionales «son de una violencia extrema». La salida de vía, sobre todo en las rectas, es el accidente más repetido (35%), y genera el 37% de los muertos. Le siguen los siniestros por colisión frontal y frontolateral (23,5%), que generan un 28% de los fallecidos, aunque en el caso de la colisión frontal tiene una tasa de letalidad 2 veces superior a las salidas de vía. Entre los factores concurrentes se encuentran las distracciones, la velocidad inadecuada, el cansancio y el consumo de alcohol y/o drogas.

Los peores meses

La presencia o no de arcén en este tipo de vías tiene también una importante incidencia: un 78% de fallecidos en carreteras convencionales se produjo en vías sin arcén o con dimensiones inferiores a 1,5 metros.

En cuanto al momento del accidente, los meses de junio a septiembre son los que mayor siniestralidad registran: un 40% de las muertes en estas vías tiene lugar en verano. No es de extrañar, por tanto, que el nexo común de los puntos negros más peligrosos de las carreteras convencionales sea su cercanía a la costa.