¿Te imaginas ir conduciendo tranquilamente por la autopista y que, de repente, un caza F‑18 sobrevuele la carretera a pocos metros de tu vehículo para aterrizar justo delante? No, no es una película de acción, sino una realidad en varios países europeos donde autopistas y autovías han sido adaptadas para convertirse en improvisadas pistas de aterrizaje y despegue para cazas de combate.
Se trata de un concepto estratégico conocido como ACE (Agile Combat Employment), cuyo objetivo es garantizar que, en caso de conflicto o saturación de bases aéreas tradicionales, los cazas puedan continuar operando desde carreteras adaptadas para garantizar la defensa aérea. Suiza, Finlandia, Suecia, Alemania e incluso Polonia han demostrado que esta estrategia es eficaz y, cada vez, más presente en los ejercicios militares de la OTAN.
2Un concepto estratégico utilizado en toda Europa

Otros países europeos han seguido esta misma estrategia para garantizar que, en caso de crisis, no toda la fuerza aérea quede inmovilizada en un único lugar. Finlandia y Suecia, por ejemplo, han utilizado durante décadas este sistema, que combina la dispersión de los activos aéreos con la preparación de autopistas para soportar el peso y la velocidad de un caza al aterrizar.
Estos ejercicios reciben nombres diversos —Baana en Finlandia o ACE en otros territorios de la OTAN—, pero todos persiguen un mismo fin: garantizar que las fuerzas aéreas puedan despegar y aterrizar en ubicaciones improvisadas para mantener la defensa nacional operativa frente a cualquier amenaza.