Comprar una caravana de segunda mano es la opción principal entre quienes deciden emprender la aventura de unas vacaciones sobre ruedas, cubriendo varios destinos o incluso habilitándola como residencia vacacional fija.
El sector, según ASEICAR, esta experimentado las consecuencias de la desinformación y la imprudencia que los usuarios decididos a la compra, sufren cuando el producto es de segunda o tercera mano.
1El riesgo de la prisa y la desinformación
Comprar una caravana, alquilar una plaza permanente en un camping, instalarla y establecer así una residencia fija de verano para las vacaciones es una alternativa muy considerada y en alza.
Comparado con el alquiler de apartamentos, el pago de hoteles y/o la adquisición en propiedad de una residencia en la playa o el campo, a juicio de los usuarios es mas rentable. Y buscar, aun mas en el sector del vehículo usado un ajuste del presupuesto para la adquisición de una caravana de segunda mano, invita en ocasiones a decidirse rápidamente y sin la información precisa, corriendo el riesgo así de ser embaucados o incluso timados.