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Canadá plantea romper con EE. UU. para comprar más coches a Europa

EE. UU. ha emprendido una guerra mundial comercial, y en Canadá no van a quedarse de brazos cruzados. La última iniciativa ha sido propuesta por la poderosa Asociación Canadiense de Concesionarios de Automóviles (CADA). Los concesionarios canadienses han propuesto suspender los acuerdos fronterizos con EE. UU. que alinean las políticas de importación de coches a Canadá con las de EE. UU., ya que estas políticas no tienen sentido en el marco actual en el que el libre comercio entre EE. UU. y Canadá ha dejado de existir.

Canadá se plantea romper con EE. UU. sus acuerdos sobre importación de automóviles

Lejos de ser una medida revanchista, la propuesta simplemente pretende atajar el problema del encarecimiento del automóvil en Canadá por la entrada en vigor de aranceles entre la frontera canadiense y la de EE. UU., que en el caso del automóvil supone un 25 %. En la actualidad, el país norteamericano tiene autolimitada su capacidad para importar automóviles de otros mercados para proteger el libre comercio con su vecino del sur; un libre comercio que ya no existe.

La propuesta de la CADA facilitaría las importaciones desde Europa, Japón y Corea del Sur, permitiendo a los consumidores norteamericanos adquirir modelos de automóviles que los estadounidenses actualmente no pueden comprar ni importar.

Y es que en la actualidad los automóviles vendidos en el país norteamericano son sólo aquellos que están autorizados por la administración de EE. UU. basándose en las normativas de seguridad y emisiones; es decir: aquellos que han pasado todos los controles y homologaciones requeridos por los correspondientes organismos estadounidenses.

Así, aunque un poderoso grupo distribuidor canadiense quisiera importar modelos de –por ejemplo– Renault o Seat, no podría hacerlo en la actualidad por no estar estos modelos homologados en EE. UU. La propuesta de la CADA consiste, por tanto, en alinearse con los estándares de la UE para eludir los aranceles estadounidenses.

Los coches de Europa podrían exportarse a Canadá libremente

¿Qué supondría para Canadá y para Europa y para EE. UU. este nuevo escenario?

Abrir las puertas de Canadá a los automóviles de Europa, Japón y Corea del Sur podría transformar de forma drástica el mercado automovilístico canadiense, así como dificultar la estrategia arancelaria de Donald Trump, presidente de EE. UU.

Tal y como podemos leer en Carscoops, Tim Reuss, presidente de la CADA, explicó que la armonización de las normativas de seguridad y emisiones de Canadá con las de EE. UU. “significa que los canadienses sólo obtienen aquellos vehículos y marcas que los estadounidenses consideran asequibles y atractivos, porque el volumen [de ventas] de Canadá por sí solo no justifica el costo que implica hacer que los vehículos cumplan con los estándares norteamericanos”.

Esta medida representaría una diversificación de la oferta comercial en Canadá, y al parecer, según la CADA, contaría con el apoyo de casi todos los fabricantes, incluidos los estadounidenses, y no se consideraría una represalia por ninguna actividad estadounidense.

Los coches de Europa podrían exportarse a Canadá libremente

Con ello, Canadá ampliaría su capacidad para importar automóviles que los estadounidenses no pueden importar. En lugar de pagar aranceles sobre los vehículos estadounidenses, aprovecharía sus acuerdos de libre comercio con otros países y podría eludir la importación de automóviles estadounidenses.

Reus va un paso más allá y sugiere que, si Canadá implementa esta medida, EE. UU. podría verse obligado a hacer lo propio: “¿De verdad creen que un vehículo con certificación ambiental y considerado lo suficientemente seguro para circular por una autopista alemana… no es lo suficientemente seguro para circular en Canadá?”. Su idea es que el ejemplo de Canadá haría que muchos estadounidenses pidieran a gritos coches a los que actualmente no tienen acceso.