Los camiones americanos se han convertido en todo un símbolo cultural. Marcas como Peterbilt, Kenworth o Freightliner son auténticos gigantes del asfalto y representan el ideal de libertad sobre ruedas que tanto seduce en Estados Unidos. En comparación, los camiones europeos parecen mucho más discretos, funcionales y, si se quiere, aburridos.
Pero esa diferencia estética no es una simple cuestión de diseño. Tras los interminables morros de los camiones americanos y las cabinas planas de los europeos, hay motivos legales, culturales, técnicos y hasta históricos. En este artículo, te contamos por qué los camiones se ven tan distintos a uno y otro lado del Atlántico.
2Habitabilidad sobre ruedas

Otro motivo clave está en el uso que se le da al camión. En Estados Unidos, las distancias y las rutas son mucho mayores. Los camioneros europeos suelen hacer trayectos relativamente cortos y muchas veces regresan a casa el mismo día, pero los estadounidenses pueden estar en ruta días e incluso semanas. Por eso, sus camiones están pensados como auténticas casas rodantes, con literas, microondas, frigorífico y hasta televisión.
Ese estilo de vida requiere una cabina grande, cómoda y bien equipada. Y ahí es donde el diseño con morro tiene una ventaja: al llevar el motor por delante y no bajo la cabina, se libera espacio interior. En Europa, por el contrario, el motor bajo el habitáculo (en los llamados CabOver) vuelve la cabina más compacta y menos habitable.