Las cámaras de vídeo para coches, también llamadas dashcams, son dispositivos que graban lo que ocurre en la carretera desde el interior del vehículo, con fines de seguridad, prevención de accidentes o prueba ante un posible conflicto.
Sin embargo, el uso de estas cámaras también plantea problemas de protección de datos y privacidad de las personas que puedan ser captadas en las imágenes, así como de distracción al volante o de interferencia con la seguridad del vehículo. Por eso, la normativa que regula el uso de las cámaras en el coche es ambigua y variable según el país, y en España no existe una legislación específica al respecto.
2La disparidad internacional
Por otro lado, el uso de las cámaras en el coche puede tener ventajas, como aportar pruebas en caso de un accidente de tráfico, evitar fraudes al seguro, o mejorar la conducción y la seguridad vial. Algunos países, como Rusia o Corea del Sur, obligan a llevar una cámara en el coche, mientras que otros, como Francia o Alemania, las prohíben o las restringen.
En España, algunos colectivos, como los taxistas o los transportistas, han pedido poder instalar cámaras en sus vehículos para protegerse ante posibles robos o agresiones, pero también se han enfrentado a sanciones o denuncias por parte de la AEPD o de particulares.
