Llegas al coche después de dejarlo aparcado al sol y, en cuanto abres la puerta, una insoportable ola de calor te golpea de lleno. El volante arde, los asientos parecen una plancha y respirar dentro es casi imposible. La sensación, típica de los días tórridos del verano, no solo es incómoda, también peligrosa si no tomamos medidas para refrescar el habitáculo antes de ponernos en marcha.
Un coche expuesto al sol puede superar los 60 °C en minutos. Y conducir en esas condiciones no es ninguna broma. Según la DGT, circular con 35 grados dentro del vehículo equivale a hacerlo con una tasa de alcoholemia de 0,5 g/l en sangre. Por eso, enfriar el interior no es solo cuestión de confort, sino también de seguridad. La buena noticia es que existen trucos para lograrlo fácilmente.
1El mando a distancia: tu mejor aliado contra el calor

El mando del coche es mucho más que un dispositivo para abrir y cerrar las puertas. Muchos modelos, sobre todo los más modernos, esconden funciones muy útiles que pueden ayudarte a enfriar tu coche antes incluso de entrar en él. Una de las más prácticas es poder bajar las ventanillas de manera automática manteniendo pulsado el botón de desbloqueo.
De esta forma, podrás dejar que el aire fluya por el interior durante unos minutos antes de subirte, reduciendo el calor acumulado. El gesto es sencillo y no requiere ningún esfuerzo extra ni un gran conocimiento tecnológico. Basta con mantener presionado el botón correcto y dejar que la ventilación haga el resto.